El ser humano, desde que nace, necesita crear vínculos con el exterior; el primero de ellos suele ser con la madre. A medida que vamos creciendo, las personas refuerzan y amplían sus lazos, ya sea a través de una relación de pareja, de amistad o de pertenencia a un grupo. Sin embargo, cuando llega el momento de tomar la decisión de alejarse de esos vínculos, nunca es sencillo. Eso implica un proceso de reflexión interna, la capacidad de escuchar las propias necesidades y, sobre todo, tener la valentía de reconocer que cierto entorno ya no es sano.
Two angry young women arguing at home during the day.
La psicóloga Lucía Luengas habló de ello recientemente a través de sus redes sociales, resaltando que priorizar ell bienestar emocional y la salud mental es fundamental. “Te dirán egoísta por priorizarte”, advierte, señalando que la sociedad, a veces, tiende a asociar el autocuidado con una falta de respeto hacia los demás. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico, aprender a escucharse las propias necesidades emocionales no significa ser egoísta, sino en ser responsable y valiente a renunciar un vínculo que no nos aporte, incluso si seguimos apreciando a la persona.
Otra de las reacciones más frecuentes de lal entorno es el invalidamiento de la decisión: “Te llamarán exagerada, dramática o demasiado sensible”, añade. Este tipo de comentarios no solo invalida las emociones, sino que puede ocasionar inseguridad y baja autoestima. Desde la psicología, se sabe que minimizar un malestar es un mecanismo de defensa común en muchos grupos para evitar confrontar sus propias emociones o conductas.
Tu decisión incomoda, cuestiona dinámicas que otros prefieren mantener intactas
“Tu decisión incomoda, cuestiona dinámicas que otros prefieren mantener intactas, porque elegirte a ti misma deja al descubierto lo que ellos no se atreven a hacer”, afirma la experta. Por ello, expresar lo que uno siente o tomar distancia puede sacar a la luz dinámicas tóxicas que, aunque se conozcan, pocos se atreven a desafiar, Por eso, marcharse no debe interpretarse como un fracaso, sino como un acto de coherencia interna con los propios valores y un gesto de respeto hacia la propia salud emocional.
“Si te ha pasado, no significa que seas la mala, significa que estás poniendo límites, siempre y cuando no lo uses como mecanismo de huida en numerosas ocasiones”. Luengas recalca que ser descrita como “mala” por irte, en realidad es el ejemplo de que estás estableciendo límites.
Ahora bien, la experta recalca que esos límites deben plantearse siempre de manera constructiva, honesta y respetuosa, ya que expresar los sentimientos y explicar los motivos del distanciamiento ayuda a que los demás comprendan y sean conscientes de tu postura.
