En Estados Unidos, la obesidad está estrechamente vinculada al estatus socioeconómico, un fenómeno que sorprende pero que, según la mécica Diana Díaz-Rizzolo tiene su explicación en el sistema de salud privado del país. La especialista ha afirmado en una charla con Tania Llasera en el podcast de Upeka que “El mayor riesgo de sufrir obesidad tiene que ver con el estatus socioeconómico, o sea cuanto más rico eres más delgado, en países desarrollados, en los no desarrollados es justamente el inverso”. Este contraste se hace aún más evidente en un contexto donde el acceso a la sanidad no es universal.
El precio de los alimentos también es un factor diferencial
Una sanidad pública y de calidad influye mucho en la salud de la población
Díaz-Rizzolo explica que “En países como Estados Unidos donde además no solo el precio de la caloría está marcado por externos que no controlan absolutamente nada pensando en salud, sino que además no existe una sanidad pública, todo el mundo tiene que pagar algo para poder asistir a hacerse una consulta”. La ausencia de una cobertura sanitaria universal limita las posibilidades de prevención, lo que provoca que muchos pacientes lleguen a los hospitales cuando la enfermedad ya se encuentra avanzada.
Diana Díaz-Rizzolo junto a Tania Llasera en el podcast de Upeka
“La prevención primaria no existe, ni probablemente la secundaria, incluso la terciaria. Ya no solo hay obesidad sino que hemos sufrido algún evento cardiovascular”, añade la médica, poniendo el foco en las graves consecuencias que esto genera. En su experiencia, ha observado incluso casos de amputaciones derivadas de complicaciones por diabetes mal controlada, un reflejo de la falta de atención preventiva y seguimiento médico. “La diabetes no se pueden controlar, entonces cuando llegan ya llegan para entrar a urgencias. Entonces, en este caso creo que estamos muy alejados de la realidad que viven en ese país”.
En contraste, Díaz-Rizzolo señala que España ofrece un escenario diferente gracias a su sanidad pública: “En España no nos pasa exactamente lo mismo, porque partimos de que tenemos una sanidad pública y que el gobierno de alguna manera controla el precio de ciertos alimentos, sobre todo frescos y demás”. Esta intervención permite que los alimentos saludables sean más accesibles y fomenta hábitos de alimentación más adecuados entre la población.
La médica resalta medidas concretas adoptadas en Catalunya, por ejemplo, donde se implementó un impuesto sobre las bebidas azucaradas: “Somos la primera comunidad autónoma que puso un impuesto a las bebidas azucaradas y hemos visto que ha tenido un retorno en salud, por lo cual se están haciendo cosas”. Este tipo de políticas públicas representan un paso hacia la prevención y el control de la obesidad, mostrando que la intervención estatal también puede ser diferencial.
Así, la relación entre obesidad y desigualdad económica en Estados Unidos evidencia cómo el acceso a la salud y los precios de los alimentos impactan directamente en la calidad de vida de las personas, mientras que España se beneficia de un sistema que busca equilibrar estas diferencias y proteger la salud de su población.

