Estefanía Mata, nutricionista: “El cuerpo es una olla exprés, cuece a fuego lento y el estómago y el intestino transforman lo que reciben, pero si la presión emocional sube hay una explosión”
Poder de la comida
Aquello que comemos puede afectar de forma positiva o negativa a nuestro bienestar emocional
Martina Miserachs, nutricionista de la AEND: “Existe la creencia de que comer saludable es más caro, pero si planificas puedes comer mejor gastando incluso menos”
Estefanía Mata, nutricionista: “El cuerpo es una olla exprés, cuece a fuego lento y el estómago y el intestino transforman lo que reciben, pero si la presión emocional sube hay una explosión”
El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
En el aspecto físico, la alimentación saludable y el ejercicio regular son las claves más destacadas, pero a menudo cuesta mantener buenos hábitos durante un periodo extendido de tiempo. Sin embargo, esto puede reducirse a pequeños detalles, que después resultan en diferencias muy significativas. Así lo exponía la nutricionista Estefanía Mata, quien exponía durante una entrevista para ¡HOLA! La conexión entre el cuerpo y el malestar emocional.
Dolor de estómago
La divulgadora se basaba en dichos populares como “de tripas corazón” para asegurar que no son expresiones banales. Desde su punto de vista, hay alimentos positivos y negativos para nuestro bienestar. Alimentos muy fríos, grasos, fritos, cítricos picantes y salsas pueden perjudicarnos significativamente. En el lado opuesto, los alimentos a temperatura ambiente, infusiones, verduras guisadas o carnes magras cocinadas a la plancha —como el pavo— nos benefician.
“El cuerpo es como una olla exprés. Cuece a fuego lento y el estómago y el intestino van transformando lo que reciben. Pero si la presión emocional sube demasiado, hay una explosión. Es esencial no comer cuando la emoción está en el pico más alto. Si te acabas de llevar un disgusto o has tenido una discusión, probablemente lo que vayas a comer te vaya a caer muy pesado en el estómago. Aquellos que comen en el trabajo o fuera de su casa, les recomiendo hacerlo en un espacio agradable”, puntualizaba.
Dieta mediterránea
Malgasto de salud
“En España seguimos destinando una parte importante del presupuesto familiar a la alimentación, pero lo que pasa es que no siempre priorizamos la calidad nutricional. Compramos muchísimos productos ultraprocesados —son muy accesibles, tienen un marketing brutal— cuando podríamos optar por alimentos frescos y básicos: frutas, verduras, legumbres, pescado”, comentaba en otra entrevista Martina Miserachs, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
“Lo interesante es que existe una creencia muy extendida de que comer saludable es más caro, y la realidad es que no tiene por qué serlo. Si cocinas más en casa, planificas la compra y aprovechas los productos de temporada, puedes comer mejor gastando lo mismo o incluso menos. Al final, el dinero está bien invertido cuando contribuye a tu salud a largo plazo, no solo cuando llenas la despensa. Es un cambio de perspectiva: pagas menos en el supermercado, pero pagas más en el médico”, sumaba.