El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
En el aspecto físico, la alimentación saludable y el ejercicio regular son las claves más destacadas, pero a menudo cuesta mantener buenos hábitos durante un periodo extendido de tiempo. Sin embargo, esto puede reducirse a pequeños detalles, que después resultan en diferencias muy significativas. Así lo exponía la nutricionista Martina Miserachs, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), en una entrevista concedida a Men’s Health.
Los ultraprocesados están más a la orden del día que nunca
“En España seguimos destinando una parte importante del presupuesto familiar a la alimentación, pero lo que pasa es que no siempre priorizamos la calidad nutricional. Compramos muchísimos productos ultraprocesados —son muy accesibles, tienen un marketing brutal— cuando podríamos optar por alimentos frescos y básicos: frutas, verduras, legumbres, pescado”, comentaba, destapando el ahorro de la alimentación saludable a través de la planificación.
“Lo interesante es que existe una creencia muy extendida de que comer saludable es más caro, y la realidad es que no tiene por qué serlo. Si cocinas más en casa, planificas la compra y aprovechas los productos de temporada, puedes comer mejor gastando lo mismo o incluso menos. Al final, el dinero está bien invertido cuando contribuye a tu salud a largo plazo, no solo cuando llenas la despensa. Es un cambio de perspectiva: pagas menos en el supermercado, pero pagas más en el médico”, sumaba.
Alimentos ultraprocesados
Nuevo paradigma
Esta tendencia también se traslada a la restauración: “Está emergiendo toda una ola de conceptos de restauración donde la apuesta es genuina: productos frescos y propuestas más equilibradas, decoración más orgánica, etc. No es solo marketing, hay restauradores que de verdad están replanteándose su modelo de negocio. Incluso los restaurantes de menú del día, los más tradicionales, están incorporando opciones más alineadas con lo que sabemos que es saludable”.
“Más verduras y legumbres, técnicas como horno y plancha en lugar de frituras, guarniciones que no sean tan pesadas. Dicho esto, sigue habiendo margen de mejora. Todavía existen lugares con raciones excesivas, mucha sal y poca presencia de verdura. Pero la realidad es que comer fuera puede ser perfectamente saludable si eliges con criterio. Se está normalizando el pedir platos sencillos, a base de productos básicos para nuestro cuerpo y cocinados con técnicas suaves funciona”, recalcaba.


