Leire Barrutia, dermatóloga: “Si no exfoliamos la piel, es frecuente que se acumule un ácaro que, en exceso, puede producir inflamación y alterar la capacidad de la piel para retener la hidratación”

Salud

La experta recomienda introducir la exfoliación física uno o dos días a la semana, según la tolerancia de cada piel

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Leire Barrutia, dermatóloga

Varias/LV

La exfoliación cutánea, tradicionalmente vista con recelo por quienes tienen la piel sensible o reactiva, puede convertirse en una aliada clave para mantener una piel sana y equilibrada. Así lo explica la dermatóloga Leire Barrutia en una de sus últimas publicaciones en TikTok. 

Advierte que una exfoliación adecuada no solo mejora la textura y luminosidad del rostro, sino que también contribuye al fortalecimiento de la función barrera, ayudando a controlar la sensibilidad cutánea. 

Demodex folliculorum

“La exfoliación física es algo que suele dar mucho miedo. Siempre pensamos que nos va a irritar, pero la realidad es que nos ayuda a controlar pieles sensibles, reactivas y a mejorar la barrera de nuestra piel”, detalla.

Leire señala que uno de los beneficios más importantes de la exfoliación regular es la reducción del exceso de microorganismos que pueden alterar el equilibrio cutáneo. 

“Si no exfoliamos la piel, es bastante frecuente que se acumule en nuestra piel el Demodex folliculorum, que es un ácaro que tenemos todos, pero que cuando se acumula en exceso y sobrecrece produce mucha inflamación y altera la capacidad de la piel de retener la hidratación”, advierte.

Exfoliar la piel una vez por semana ayuda a su eliminar las células muertas y las impurezas

Exfoliar la piel una vez por semana ayuda a su eliminar las células muertas y las impurezas

Albina+Mihajlo

Este microorganismo, presente de forma natural, puede convertirse en un problema cuando su población aumenta, generando rojeces, irritación y una mayor reactividad frente a factores externos como el agua o los cosméticos.

La dermatóloga dijo que al reducir el sobrecrecimiento del Demodex mediante la exfoliación, el equilibrio bacteriano de la piel vuelve a funcionar de forma óptima, lo que mejora su tolerancia y capacidad de defensa.

Un par de veces a la semana según el tipo de piel

Sus beneficios no terminan ahí: “Lo segundo que hace la exfoliación es optimizar el recambio epidérmico, ayudarnos a eliminar el exceso de células muertas, lo que facilita que la barrera cutánea tenga una estructura íntegra y sea más capaz de producir sustancias que fortalecen esa función barrera, como las ceramidas o algunas proteínas estructurales”, detalla.

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Leire recomienda introducir la exfoliación física uno o dos días a la semana, según la tolerancia de cada piel. Para quienes se inician en esta práctica, sugiere un truco sencillo: “Combinar un poquito de vuestro scrub con vuestro gel limpiador y aplicarlos juntos sobre la piel húmeda, para que el proceso sea más suave, y después aclararlo con agua”. 

La especialista defiende que una exfoliación bien aplicada no solo mejora el aspecto de la piel, sino que también previene la inflamación y refuerza su salud a largo plazo. “Cuando entendemos que exfoliar no es agredir, sino renovar, descubrimos que puede ser una herramienta terapéutica incluso en pieles sensibles”, concluye.

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