Tim Spector, doctor: “A primera hora de la mañana, con el desayuno tienes un gran subidón de azúcar y, dos horas más tarde, sufres un bajón”
'ZOE'
El divulgador del King's College de Londres comparte datos clave sobre el azúcar para empezar el día
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Marina Misenachs, nutricionista de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), reconocía en una entrevista a Men’s Health el principal problema de los alimentos menos saludables: “Compramos muchísimos productos ultraprocesados —son muy accesibles, tienen un marketing brutal— cuando podríamos optar por alimentos frescos y básicos: frutas, verduras, legumbres, pescado. Lo interesante es que existe una creencia muy extendida de que comer saludable es más caro, y la realidad es que no tiene por qué serlo”.
Esto se puede comprobar en los productos más dulces, especialmente en términos del desayuno. Constantemente aparecen promocionados bollos, cruasanes, otras piezas de repostería y galletas para comenzar el día. Sin embargo, no son la opción más saludable a nivel nutritivo. Es más, llenar el estómago por la mañana con según qué comida podría no ser el camino adecuado. Tim Spector, epidemiólogo y profesor del King’s College de Londres, se pronunciaba al respecto en una entrevista para el podcast ZOE.
“La mayoría de la gente piensa que el desayuno es algo que se come poco después de levantarse, pero eso no tiene por qué ser así. En mi caso, el desayuno es a las 11 de la mañana y hoy sabemos que el desayuno estándar de comer media hora después de levantarse no es para todo el mundo. Antes se decía que era muy perjudicial saltárselo, que tus hijos suspenderían en el colegio. Que te desmayarías antes de llegar a la hora de comer, y eso es una tontería”, explicaba.
“Se han realizado una docena de estudios comparando a personas que se saltan el desayuno o que no comen nada antes del almuerzo, o al revés, y realmente no se han observado efectos negativos, sino algunos beneficios, pero no es algo que sirva para todo el mundo. Sin embargo, hay algunas personas para las que lo peor que pueden hacer es no desayunar temprano. Por lo tanto, es mucho más variable y personalizado de lo que creíamos”, descubría.
Desayuno con vistas al Pedraforca
Afectaciones psicológicas
“Esto es lo que noté cuando cambié mi dieta: solía tomar el clásico desayuno inglés, que pensaba que era saludable, que consistía en muesli con leche desnatada. A veces tomaba un poco de tostada, mermelada y un poco de zumo de naranja. Lo tomaba a las ocho de la mañana y a las once ya tenía hambre. Tenía una bajada de energía. Buscaba alguna galleta de chocolate para acompañar mi café y poder seguir adelante. Estaba en este ciclo de altibajos y con importantes bajones de energía”, destapaba.
“Así que para mí fue una revelación, hace más de una década, cuando cambié y dejé esos desayunos ricos en carbohidratos por algo mucho más saludable para mí. Cuando consumes alimentos procesados, liberan azúcar en el torrente sanguíneo muy rápidamente, y el zumo de naranja hace lo mismo. A primera hora de la mañana, tienes un gran subidón de azúcar y, dos horas más tarde, acabas teniendo un bajón. Así que tus niveles bajan”, expresaba.
“También afecta a tu estado de ánimo y rendimiento cognitivo. En nuestros estudios Predict, demostramos que el desayuno que tomabas el día anterior también influía en tus niveles de azúcar al día siguiente y en tu elección de alimentos. Es como si continuamente cambiara lo que tu cuerpo cree que necesita, por lo que es más probable que sigas eligiendo esos alimentos dulces y azucarados si empezaste con ellos el día anterior. Así que hay un pequeño efecto residual en tu cuerpo. Todo esto apunta a lo importante que es cambiar ese punto de partida”, añadía.