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Sergio Recuero del Álamo, fisioterapeuta, sobre cómo evitar molestias cervicales al usar el móvil o leer: “La musculatura del cuello sufre en exceso por la inclinación”

Higiene postural

Pasar mucho tiempo con la cabeza baja provoca una tensión constante en el cuello y la parte superior de la espalda, lo que puede acabar generando rigidez o dolor si no se corrige a tiempo.

Cuatro trucos para reducir el uso del móvil

mirar el movil

Agachar la cabeza durante largos periodos genera una presión constante sobre la musculatura cervical que, con el tiempo, puede traducirse en rigidez, molestias o cefaleas tensionales. Esta posición, repetida miles de veces al día al mirar una pantalla o leer, altera la alineación natural de la columna y sobrecarga los músculos del cuello y la espalda alta.

La tendencia a bajar la mirada, especialmente en actividades estáticas, modifica la distribución del peso de la cabeza y aumenta la tensión sobre las vértebras cervicales. Evitarlo no exige un gran esfuerzo técnico, sino una mayor conciencia postural. Precisamente ese control de la postura es lo que destaca Sergio Recuero del Álamo, graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en Fisioterapia, además de docente en la Universidad Europea de Madrid.

El cuello en su sitio

La conciencia corporal es la clave para prevenir molestias

Recuero del Álamo insiste a Guayana Guardian en que los problemas derivados del uso del móvil no proceden del dispositivo en sí, sino de la forma en que se sostiene. Según explicó, “el móvil no debe estar por debajo de nuestra cintura escapular; debe estar siempre a la altura de la vista”.

Mantener la pantalla en esa posición evita que el cuello se incline hacia delante y reduce la sobrecarga en la parte superior de la espalda. Esta recomendación, sencilla en apariencia, requiere disciplina y atención, ya que la costumbre de bajar la cabeza para mirar el teléfono está profundamente interiorizada en la mayoría de usuarios.

Se tiene tendencia a inclinar la cabeza hacia adelante

Pexels

El especialista también subraya la importancia de aplicar el mismo criterio al leer, actividad que suele implicar una inclinación prolongada. Tal y como explica, “el libro debe mantenerse a la altura de la vista, porque si no, la musculatura del cuello sufre en exceso por esa inclinación o antepulsión de hombros y cabeza hacia delante”. La postura adecuada, por tanto, consiste en mantener el objeto de lectura frente al rostro, de modo que la mirada permanezca horizontal y la espalda conserve su alineación natural.

Más allá de la altura del dispositivo o del libro, Recuero del Álamo recuerda que el cuerpo necesita puntos de apoyo que le sirvan de referencia para mantener la posición correcta. Por ello, recomienda que “intentar siempre tener la espalda apoyada en el respaldo para tener ese feedback de estar recto”.

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Ese contacto constante con el respaldo permite al cuerpo identificar desviaciones posturales y corregirlas antes de que aparezca la fatiga muscular. Adoptar estas medidas simples puede marcar la diferencia entre una postura estable y una fuente de dolor recurrente.