Siempre está esa persona que parece que se pasa la vida de concierto en concierto. Sus problemas y quejas más frecuentes tienen que ver con la necesidad de hacer malabares para encontrar días libres en los que acudir a festivales. O bien asegurarse de conseguir las tan preciadas entradas cuando se trata de los artistas y bandas más populares. Para muchos no se trata de un hobby más, de hecho, suele decirse que la música es capaz de mejorar la vida. Pero esto va más allá cuando se trata de disfrutarla en directo. Acudir a conciertos con frecuencia no solo supone un plan de ocio o entretenimiento más, sino que se trata de una afición que conlleva un impacto positivo en la salud de las personas. “Puede aumentar tu esperanza de vida”, asegura María Gómez, psicoterapeuta, a través de una publicación en su perfil de la red social de Instagram.
Hay grandes beneficios asociados a escuchar música. De hecho, cuando una persona está escuchando su canción favorita experimenta una liberación de picos de dopamina similares a los que se producen durante el enamoramiento, según un estudio del Instituto Neurológico de Montreal de la Universidad McGill, en Canadá. “En directo, esa activación es aún más intensa”, asegura la psicoterapeuta María Gómez. Esto se debe a que, durante los conciertos, todos los sentidos se ven involucrados en la experiencia al completo.
Los beneficios que tiene para la salud escuchar música en directo
Disfrutar de un buen concierto en directo aporta beneficios al bienestar de las personas y a su salud mental. “Las personas que asisten con frecuencia a conciertos reportan mayores niveles de bienestar, autoestima y conexión social”, señala María Gómez. Esto se debe, en parte, a que reduce el cortisol, conocida como la ‘hormona del estrés’. Además, favorece lo que se conoce como la ‘coherencia cardiaca’: “El corazón se sincroniza con el ritmo musical”. Esto provoca una mayor estimulación mental, la sensación de estar activo, comprometido y la sensación de que el día ha merecido la pena.
“La OMS recomienda estar en contacto con la música durante toda la vida, desde que naces hasta el final. Incluso en enfermedades tan duras como el Alzheimer, la música permanece, las canciones son un puente hacia tus emociones y tu identidad”, explica la psicoterapeuta. Otro factor clave de los conciertos es que están asociados a la estimulación del sentimiento de pertenencia a una comunidad entre las personas que asisten. Esto ayuda a canalizar emociones que han sido reprimidas: “Las horas de concierto se viven como una especie de respiro emocional”.
De manera que disfrutar la experiencia de acudir a un concierto a escuchar música en vivo conlleva numerosos beneficios para el bienestar de las personas.


