El cuidado de las toallas va más allá de una simple rutina de limpieza. Según el Dr. Manuel Viso, médico divulgador y jefe de servicio hospitalario, especializado en urgencias y hematología, “las toallas son un caldo de cultivo para bacterias y hongos si no se lavan con la frecuencia adecuada”. Con experiencia en medios como TV Galicia, Antena 3 y Mediaset, Viso alerta sobre los riesgos de extender el uso de las toallas más allá de lo recomendado.
Las toallas de baño están expuestas constantemente a humedad, restos de piel muerta y diversos microorganismos. Este entorno cálido y húmedo favorece la proliferación de bacterias como Staphylococcus aureus y hongos como Aspergillus, que pueden provocar irritaciones cutáneas e infecciones. Por ello, el Dr. Viso recomienda lavar las toallas después de tres usos como máximo. Si permanecen húmedas por largos periodos de tiempo, es aconsejable hacerlo antes.
Claves para una limpieza efectiva
1Temperatura de lavado: lavar las toallas a 60°C o más es esencial, especialmente si las usan personas con piel sensible o problemas inmunológicos. “Las altas temperaturas eliminan eficazmente bacterias, hongos y ácaros”, señala Viso.
2Evitar suavizantes: aunque los suavizantes dejan las toallas más suaves, reducen su capacidad de absorción al formar una película sobre las fibras. En su lugar, se recomienda usar detergentes antibacterianos, especialmente si han estado muy húmedas.
3Secado adecuado: después de cada uso, las toallas deben secarse por completo en un lugar ventilado o con secadora. La humedad persistente puede facilitar la proliferación de bacterias como Escherichia coli y levaduras como Candida albicans.
4Desinfección ocasional: añadir una taza de vinagre blanco o bicarbonato durante el lavado ayuda a eliminar malos olores, bacterias y residuos de jabón. Estos productos naturales modifican el pH y afectan la membrana de ciertos microorganismos.
5Sustitución periódica: incluso con un buen mantenimiento, es recomendable cambiar las toallas cada 1 o 2 años. Con el tiempo, las fibras pierden capacidad de absorción y acumulan bacterias difíciles de eliminar.
6Uso personal: cada miembro del hogar debe tener su propia toalla para evitar la transferencia de microorganismos que pueden causar infecciones cutáneas o respiratorias.
Ignorar estas recomendaciones puede tener consecuencias en la salud. Las infecciones por hongos, irritaciones cutáneas e incluso infecciones respiratorias pueden originarse por el uso prolongado de toallas mal lavadas. En palabras del Dr. Viso, “la prevención comienza con hábitos de higiene simples, pero efectivos”. Cuidar las toallas no sólo prolonga su vida útil, sino que también protege la salud de quienes las usan. Un gesto tan cotidiano como lavarlas con frecuencia y secarlas bien puede marcar la diferencia.


