Fue entrar en casa de Paola Bjäringer y dibujársenos el asombro en la cara, entre sorprendido y placentero. Una inyección de energía al final de un día largo. Tal es la libertad con la que ha creado el interior de su hogar. El recibidor ilustrado es toda una declaración de principios.
La artista y poeta Nachla Libre utilizó un centenar de rotuladores posca negros para crear una pieza artística centrada en el tema del amor y la familia. “Para mí -explica Paola Bjäringer a Magazine- una casa cuenta la historia de sus habitantes, sus sueños, pero también sus luchas. Igual que la indumentaria, el hogar es el reflejo de la personalidad, clase social, estatus y género. Habla también de una época y de esa persona o grupo particular dentro de la sociedad en un momento específico. Una casa revela como quieres que te vean o no te vean. No hay nada más íntimo y revelador que tu hogar”.

En el dormitorio, alfombra Raices de Matali Crasset, una de las diseñadoras a quien más admira
Paola Bjäringer es la fundadora de Misschiefs, una plataforma para mujeres creadoras y personas no binarias que ofrece espacios para artistas, y comisaría exposiciones. Nacida en Estocolmo, durante años vivió en París, donde dirigió una galería dedicada al diseño coleccionable, hasta que volvió a instalarse en su ciudad natal. No obstante, fueron los estudios de género que cursó en de la London School of Economics lo que le condujo a considerar las cuestiones de igualdad en el campo del diseño-arte.
A través de las exposiciones que organiza y de su propio hogar en Estocolmo -donde habita con su marido y tres hijos- persigue redefinir el diseño como un espacio para la conversación, la rebelión y el cambio radical. Porque para ella el diseño no trata solo de decoración, sino de crear entornos que provoquen intercambio de pensamiento, “espacios que fomenten conversaciones sobre el estado del mundo“”.
Igual que la indumentaria, el hogar es el reflejo de la personalidad, clase social, estatus y género”
“Elijo las piezas para nuestra casa -apunta Paola- por admiración hacia sus autoras. De esa manera puedo sentir su energía individual y colectiva, que a su vez se convierte en una fuerza y fuente de inspiración para mí, mi familia y amigos. ¡Nuestra casa es una declaración de amor para todas las grandes mujeres artistas que existen!”.
Y afirma que, en la medida de lo posible, solo adquiere objetos únicos hechos a mano por creadoras. Que, además, tanto estética como conceptualmente sean audaces y sin prejuicios, y se produzcan desde una perspectiva sostenible y local.

Paola Bjäringer es fundadora de Misschiefs, plataforma que apoya a diseñadoras y artistas
En su casa, el tránsito desde el recibidor al salón comedor es un nuevo viaje. La artista textil Anna Nordström ha transformado generaciones de tejidos de encaje de la familia de Paola en un portal de capas vaporosas blancas. Es también la autora de los patchworks de pared y colchas, realizados con materiales de guardarropas familiares o desechados, donde ilustra estructuras sociales, políticas y de consumo, a través de la artesanía tradicional del quilt y el bordado.
El reciclaje forma parte intrínseca de la visión de Paola: “”Las palabras 'reciclaje' y 'recuperación' son empoderadoras. Se centran en avanzar, en lugar de insistir en el desperdicio -opina-. Se trata de recuperar lo heredado y transformarlo en algo nuevo y significativo”.
Las palabras 'reciclaje' y 'recuperación' son empoderadoras”
Las sillas del comedor son otro encargo personalizado. El modelo F-A-B del estudio Färg & Blanche consta de una estructura a modo de cuerpo desnudo que puede vestirse según se desee. Para su casa, van enfundadas en una ajustada tapicería de fieltro y cuero negro. Sobre la mesa, la colección Craft Punk de jarrones y lámparas de Kajsa Willner, abunda en el rescate de materiales.
Con piezas de madera de descartes ensambla objetos esculturales. Su casa es una mezcolanza de objetos que ama y se funden con su actividad profesional, remontándose a sus años de galerista en París. Destaca de esa época a dos creadores franceses que admira: Matali Crasset y Mathieu Lehanneur.

Una extensa colección de vinilos, platos de tocadiscos y piano, salpican su paisaje doméstico
“Nuestro hogar es como un lienzo donde invito a experimentar -relata Paola- ¡La alegría y la generosidad son claves! Queremos que las personas que vienen a nuestra casa se sientan felices, bienvenidas y galvanizadas por la fabulosa energía del diseño y el arte, para que también se atrevan a salir de su zona de confort. El diseño de interiores sigue siendo bastante conservador, ¡hay límites que es necesario traspasar!”.
Paola fundó Misschiefs en Estocolmo hace cinco años, sorprendida por la poca visibilidad de las mujeres diseñadoras y artistas en la capital sueca. Hoy es una plataforma establecida con más de un centenar de autoras. En su modus operandi colabora con tenedores de bienes inmuebles para ocupar espacios vacíos ubicados estratégicamente en la ciudad y ofrecer talleres gratuitos a las artistas que selecciona. “Hasta ahora, Misschiefs se ha apoderado de 5.000 m², ha ofrecido estudios a más de 50 artistas mujeres, y comisariado 60 exposiciones en Suecia, Milán y París” específica.

Paola Bjäringer (arriba a la izquierda) con algunas de las diseñadoras que participan en Misschiefs: Ellen Hedin, Emma Blanche, Anna Nordström, Sara Szyber, Ayesha Quraishi y Kajsa Willner
Para esta agitadora, el diseño feminista radica en ocupar un espacio en la sociedad, en la historia y, por tanto, en una habitación. “¡Se trata de reclamar espacio! -argumenta-. Las mujeres abordan el mundo de manera diferente a los hombres, la empatía, la generosidad y también la crítica al patriarcado a través de la forma son palpables en su diseño si se mira de cerca. Mucha gente me ha dicho que nuestro apartamento se siente “femenino” sin saber específicamente el género de quien diseña”.
Según Paola, existe muy poca investigación sobre cómo el género afecta a la forma, lo que a su vez afecta al comportamiento humano, “este espacio en particular es un experimento fértil para conversar sobre este fascinante tema”.
Actualmente trabaja en un libro sobre Misschiefs y en la puesta en marcha de una residencia para creadoras en Colliure, Francia. “Colliure es famoso porque artistas hombres dieron origen al fauvismo allí, pero en realidad también estuvieron muchas mujeres artistas. Mi intención es volver a ponerlas en el mapa. Con este proyecto espero acercar Misschiefs a Barcelona y a España. Ahora Misschiefs es conocida en Suecia por su actitud feminista, audaz y sin complejos. ¡Es hora de difundir la misión a otros países!”, proclama entusiasta.
Con su casa de Estocolmo, que abre puntualmente como espacio galerístico, también desea cuestionar la concepción de hogar. “En Suecia, la gente suele aislarse en sus casas, tratándolas como cascarones protectores – señala-. Quería romper con esa idea y experimentar con lo que puede significar un 'buen estilo hogareño' en una época en la que el gusto se ha estandarizado”.

El recibidor está completamente ilustrado por la artista y poeta Nachla Libre
Quien se entretenga en el recibidor de la casa de Paola Bjäringer leyendo frases escritas por la poeta Nachla Libre, entre los ondulantes trazos de posca, tiene asegurados unos cuantos temas de conversación: “Un mundo de dominación es siempre un mundo sin amor”. “¿Cómo se convirtió el ‘Peace & Love’ en ‘Provecho & Poder’?” Doy con esta en castellano: “Pon límites, tu corazón merece felicidad”.