Una generación de pintoras con obras llenas de humor, sexo y protesta
Arte en París
La retrospectiva de Tom Wesselmann en la Louis Vuitton ilumina a una generación de pintoras que quedaron en segundo plano ante sus colegas masculinos
'Triptych II' (Beach girl), 1963', acrílico con poliestireno sobre panel de madera de Marjorie Strider
En los almacenes visitables de la penúltima maravilla museística de Rotterdam, el Depot del museo Bojmans van Beuningen, hay una pieza sensacional de la artista franco-venezolana Marisol Escobar, un coche hecho de madera coloreado que parece un juguete de niños gigante.
Aunque Marisol tenga, por ejemplo, un puñado de obras en la colección del MoMA, es una artista semidesconocida porque los grandes nombres de su movimiento, el Pop Art, siempre han sido hombres... Y todavía.
Dos excepciones
Salvo Yoko Ono y Kusama, la mayoría de artistas pop (Drexler, Marisol, Strider, Axel o Kogelnik) quedaron casi en el olvido
Uno de los muchos méritos de la monumental retrospectiva a Tom Wesselmann en la Fondation Louis Vuitton de París es que pone en el escaparate a artistas que, salvo Yayoi Kusama o Yoko Ono, son pocos conocidas en un mar navegado por hombres.
'Self obliteration', obra de Yayoi Kusama creada entre 1966 y 1974 en la Fondation Louis Vuitton de París
En la lista, los David Hockney, James Rosenquist, Claes Oldenburg, Daniel Buren, Robert Rauschenberg, Andy Warhol, Richard Hamilton, Peter Stämpfli o Jasper Johns. La familia Pop y post Pop es muy amplia. También los abuelos y padres que sentaron las bases del juego, el absurdo y la exageración, como los surrealistas y los dadaístas están presentes en la muestra
Por suerte, en el escaparate del museo del Bois de Boulogne hay sitio para todos. También para las mujeres que no sólo aportan variaciones estéticas sino que aguijonean más y más profundamente en cuestiones como el deseo, el sexo placentero, la violencia, machista o la crítica a las guerras.
Marjorie Strider (1931-2014)
Sexo y placer
'Welcome', acrílico sobre masonita de 1963 que sugiere sorpresa, pero también el placer del orgasmo
El trabajo de la pintora y escultura estadounidense Marjorie Strider (1931-2014) es notable, tiene conexiones con las composiciones de Roy Lichtenstein, pero son más atrevidas, y se centran no tanto en la tristeza de la mujer enamorada sin esperanza, como en el placer sexual, en el orgasmo. Piezas como Welcome, de 1963, dan una idea de ella. Sus pinturas tridimensionales y sazonadas a veces con una pornografía cómica entroncan con las de Wesselmann.
En su momento Strider se relacionó mucho con los Oldenburg: a petición de Patty, y como regalo para Claes, Strider modelo sus pechos en chocolate. De esa relación, la artista prestó más atención a la escultura inflable. En Triptych II, Beach Girl, de 1963 reinventa el retrato de chicas con bikini donde la protagonista es la mujer, el fondo es plano y monocolor.
'Triptych II' (Beach girl), 1963', acrílico con poliestireno sobre panel de madera de Marjorie Strider
Evelyne Axel (1935-1972)
Seducción y color
'Ice cream, 1964', obra de la artista belga Evelyne Axel
La belga Evelyne Axel (1935-1972) sigue una línea parecida a la de Strider pero con una imagen más limpia, igual de atractiva y seductora. En Ice cream, de 1964, una mujer lame con gusto un helado igual que hoy en día lo hacen los anuncios televisivos con inacabable mal gusto. En La femme de marbre, de 1968, Axel entronca con las figuras femeninas, esculturas planas, de Wesselmann, pero a su manera, añadiendo materiales nobles como el mármol, aunque en realidad sea una imitación.
'La mujer de mármol', obra de 1968 de Evelyne Axel, que tiene paralelismos a las esculturas en dos dimensiones de Tom Wesselmann
Marisol Escobar
Juguetes muy serios
'John Wayne', de 1963, obra de Marisol Escobar retratando al actor en una versión humorística del hompre por antonomasia de los años 50
Si Marisol no ha llegado a nuestros tiempos como una artista hiperconocida es tal vez porque otras colegas, Yoko Ono o Yayoi Kusama, han copado esos lugares. Hay que dejar claro que los artistas masculinos colaboraron con sus colegas femeninas y las apoyaron.
A Marisol la animaron creadores que no eran Pop como el legendario Hans Hoffman, ayudante de Robert Delaunay y maestro de Jackson Pollock, que también ayudó a la artista junto a Franz Klein o Lichtenstein. En la muestra de Wesselman presenta un John Wayne, de 1963 montado a un caballo que parece medio pantera, no la imagen que de duro, masculino y conservador que The Duke daba dentro y fuera de los platós.
Rosalynd Drexler (1926-)
Contra el macho alfa
‘Love and Violence, 1965', denuncia a todo color de la violencia machista en un óleo de Rosalynd Drexler
Rosalynd Drexler (1926) merecería un artículo entero, sólo para ella. En su larga vida, acaba de cumplir 98 años. Drexler ha ganado premios por sus obras de teatro (un Obie, un Emmy), noveló el guión de Rocky, Oscar a la mejor película, y hasta fue luchadora profesional de wrestling.
En sus pinturas hay algo de todo ello: descaro, mujeres que son muy independientes o que intentan serlo, huyendo de la violencia de los hombres. Su Love and Violence, de 1965, tiene plena vigencia y su After Sex, de 1969 muestra a una mujer que ha gozado del encuentro con un hombre que fuma. Son las heroínas que retratarán en esos años actrices con poderío y muy independientes como Gena Rowlands, Jane Fonda o Faye Dunaway.
'Después del sexo', obra de 1969. Él ya fuma, ella todavía disfruta de la experiencia
Kiki Kogelnik (1935-1997)
Amor y humor
Las dos obras de Kogelnik en la muestra de Tom Wesselmann en París. A la derecha ‘Bombs in Love’, de 1964, y del mismo año 'Autorretrato'
Cierra la lista de estas mujeres brillantes, poperas y cañeras Kiki Kogelnik (1935-1997), un referente artístico en Austria, que en sus piezas combina los colores chillones del pop, con ironía y sentido del humor. Kogelnik era amiga de todos los popes del Pop (Wesselmann, Warhol, Larry Rivers, Jasper Johns...).
En una de las esculturas que muestra en París, Bombs in Love, de 1964, Kogelnik ensambla dos bombas coloreadas y con la anilla de ignición en forma de corazón, meses después de la Crisis de los Misiles en Cuba. En otra pieza Autorretrato, del mismo año la bomba que cae es de color negro y lleva su inicial, el resto es un carnaval (o más bien una orgía) a todo color.