Saint-Tropez , en Francia, y Taormina, en Italia, no son simplemente destinos turísticos; son dos de los destinos más elegantes del planeta. Por sus calles y hoteles desfilan desde hace décadas estrellas del espectáculo: desde Alain Delon y Catherine Deneuve hasta George Clooney, Beyoncé o DiCaprio. Ubicaciones privilegiadas frente al mar, con mucha luz solar y ese aire de elegancia natural que nos atrapa... Aquí todo brilla, todo seduce.
Para los que venimos solo de paso -los simples mortales-, Saint-Tropez es como entrar en una fantasía donde los superyates se alinean haciéndose la competencia, los hoteles parecen sacados de una película y las boutiques de marca aparecen en cada esquina. No se queda atrás Taormina con sus joyerías, cafeterías y hoteles de lujo aptos solo para los que están dispuestos a pagar por un trato exquisito.
Louis Vuitton anuncia el regreso de dos icónicos 'pop-ups' veraniegos
Y justo cuando uno piensa que ya no pueden ser más exclusivos, aparece Louis Vuitton y anuncia el regreso de sus dos icónicos pop-ups veraniegos.
Saint-Tropez
El primero de ellos se ubica en Saint-Tropez, dentro del hotel White 1921, donde el chef Arnaud Donckele y el pastelero Maxime Frédéric —estrella Michelin— han creado un menú que promete ser una fiesta gastronómica.
Entrada principal del restaurante en Saint Moritz
El restaurante efímero promete ser un paraíso para los sentidos, al menos hasta el 30 de septiembre, cuando cierre sus puertas. Un lugar pequeño y coqueto, con una decoración colorida, brillante y muy luminosa, en tonos azules que evocan el mar y la Côte d'Azur, y que se inspira en la marca parisina con motivos florales de la colección Resort 2025 para mujer.
Suelos de madera, verdes naturales trepando por las paredes y una barra central de azulejos que repite los motivos florales. Hasta los toldos y cojines parecen estar pensados para relajarse. Las lámparas Mini Bell de Barber & Osgerby, junto a las creaciones en cuero entrelazado de Zanellato/Bortotto, aportan un aire artístico sin pretensiones. Los camareros, vestidos con desenfado, ayudan a que los comensales se sientan a gusto, sin necesidad de aparentar.
Maxime Frédéric crea elegantes y sofisticados postres
Ahora bien, lo del menú es otro nivel: una invitación a embarcarse en un viaje extraordinario a través del paladar. Basado en productos locales de temporada, se construye en tres pilares: cocina internacional, propuestas vanguardistas y platos de raíz cultural. Y lo cierto es que cada plato es una pequeña obra de arte con una presentación minuciosa y precisa, que consigue crear una fantasía gastronómica que se deshace en la boca.
Así, podemos degustar desde sedosos tomates veteados y ravioli rellenos de rebozuelos hasta faisán asado con una delicada velouté o rodaballo con mojardón, algas y cítricos. El reputado chef pastelero Maxime Frédéric lo resume con una frase: “El arte del savoir-faire reside en la preparación de los ingredientes, donde el toque humano está en el corazón de cada creación”.
La langosta azul perfectamente asada se sirve con una salsa con aroma a shiso elaborada por Arnaud Donckele
Para redondear la experiencia, todo se sirve sobre la vajilla Constellation, nueva joya de la casa Louis Vuitton. Porcelana de Limoges, blanca como la espuma del mar, decorada con patrones geométricos que reinterpretan las flores Monogram. Delicadeza en estado puro.
Dónde: Place des Lices
Horario: de 15:00 a 22:30. Ideal para una cena con el crepúsculo como telón de fondo.
Taormina
En pleno corazón del casco antiguo de Taormina, justo al lado de una plaza encantadora que se asoma al mar Jónico, se ubica la tienda de Louis Vuitton. Pero lo más especial no está solo en la boutique... sino un poco más arriba. En la azotea. Allí se encuentra Le Bar, una terraza con vistas al horizonte. Y es que nada interrumpe la mirada: el mar se extiende hasta el infinito.
Le Bar en corso Umberto, 148, Taormina, Italia
El ambiente es íntimo pero elegante, se respira calma, esa que rara vez se encuentra en los lugares turísticos. El suelo es de madera, las mesas —de una piedra azul que recuerda a las olas cuando rompen suave sobre la costa— invitan a quedarse. Los asientos, de madera clara, están vestidos con cojines decorados con flores azules estilo Monogram. A su alrededor, plantas altas y exuberantes aportan frescor y sombra, creando un pequeño oasis suspendido sobre la ciudad.
La carta no es extensa, pero sí exquisita, un homenaje a Sicilia. Además de cócteles que parecen obras de arte —mezclas pensadas al detalle—, se pueden probar pequeñas delicias creadas por el chef Dionisio Randazzo, del cercano restaurante Nunziatina. Por ejemplo: el Arancino alla norma, una bola de arroz dorada y crujiente, con tomate, berenjena y ricotta al horno. O el Capocollo de Suino Nero, servido con burrata de búfala cremosa. Y la Bruschetta di Tonno, sencilla pero inolvidable.
Una de las tapas de Le Bar, bombetta-arancino alla norma
Todo llega a la mesa en platos de porcelana decorados con el clásico patrón Blue Monogram Flower Tile, como si cada detalle quisiera recordarte que estás en un lugar muy especial.
Dónde: Corso Umberto, 148
Horario: de 18:00 a 00:00.
