Cada verano, Isabel Preysler se escapa del ajetreo cotidiano y se refugia en un paraíso tropical junto a su hija Tamara. Este año no ha sido la excepción, y lo han hecho de una manera muy especial. Las Maldivas han sido nuevamente su elección, pero con un detalle importante: esta es la primera vez que Íñigo Onieva comparte este retiro con su suegra, Isabel.
El lujoso Four Seasons Kuda Huraa ha sido su elección, cuenta con 96 villas repartidas entre la playa y la laguna, y sus tarifas oscilan entre los 1.600 euros y más de 4.000 eurospor noche. Este resort no solo es famoso por su elegancia y su nivel de exclusividad, sino también por ser un refugio de intimidad y serenidad. Se trata de una isla privada de apenas una hectárea, rodeada por un arrecife de coral natural en las turquesas aguas del océano Índico, en la que predomina exuberante vegetación tropical, con palmeras, buganvillas, frangipanis y árboles del pan.
Isabel Preysler y su hija, Tamara Falcó, disfrutando del mar durante sus vacaciones
Un lugar para desconectar… y para disfrutar
Este paraíso de playas de arena blanca y aguas cristalinas ha conquistado a la familia Preysler desde el primer instante. A través de sus redes sociales han compartido instantáneas de unas vacaciones repletas de actividades acuáticas, exclusivas salidas en barco y excursiones a los rincones más escondidos de la isla.
Y es que, el resort no es solo un hotel de lujo y relax, sino un destino que fusiona a la perfección confort y aventura. Además de las clases de surf en sus icónicas olas, los huéspedes también pueden disfrutar de yoga al amanecer con vistas al mar, recorrer los impresionantes arrecifes de coral y bucear entre tiburones blancos, entre otras actividades.
Un jardín tropical sobre el océano
La gastronomía es otro de los placeres de este paraíso exclusivo, al frente del equipo se encuentra el chef español Eduardo Gandia Martínez. Así cuenta con cuatro restaurantes y dos bares. Blu, especializado en cocina italiana, Al Barakat recrea los sabores árabes, Reef Club, con mariscos y cocina local, además del Private Dining en la villa o en la playa.
Un paraíso para los surfistas
Como dato revelador, el Four Seasons Kuda Huraa es también uno de los epicentros mundiales del surf de alto nivel, siendo sede habitual de competiciones profesionales. Cada septiembre, el resort alberga su famoso Campeonato Internacional de Surf, que atrae a deportistas de renombre internacional.
Vistas del paisaje paradisíaco que evoca este lujoso hotel
Aunque no tenemos confirmación de que Íñigo haya surfeado, es muy probable que haya aprovechado la oportunidad de disfrutar de las olas perfectas que ofrece la isla. Con el respaldo de entrenadores privados y acceso a spots remotos y exclusivos, seguramente no pudo resistirse a la emoción de surfear entre tiburones y bancos de peces tropicales a tan solo unos metros del line-up.
En definitiva, unas vacaciones como estas no solo ofrecen un descanso físico, sino también una conexión profunda con la naturaleza. Un retiro espiritual y de lujo, donde la familia Presley pudo disfrutar no solo del descanso, sino también de la vibrante energía del resort y de todo el sinfín que este ofrece.
