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Un oasis con alma hippy-chic en Formentera

Five Flowers

Planes gastro y de artesanía en la isla, perfectos para disfrutar también en otoño

El hotel rinde homenaje a origen hippy de la isla con un diseño y servicios de lujo

Five Flowers

A escasos 200 metros de la playa se sitúa el hotel Five Flowers de Formentera, un oasis con alma hippy, inspirado en el pop de los años sesenta. Blanco nuclear salpicado con pinceladas psicodélicas, muebles retrofuturistas y una paleta cromática en rosa, amarillo y dorado caracterizan su decoración. Fue el primer establecimiento con cinco estrellas en la isla, inaugurado en 2019 por Paya Hotels, un grupo familiar fundado en 1973 por el empresario José Costa Mayans, que comenzó su andadura en el sector con apartamentos turísticos. Hoy, los hijos del fundador han continuado una trayectoria de innovación y compromiso sostenible con la isla

La primera impresión del Five Flowers es la de hallarse en un refugio de la nostalgia y la extravagancia. No es solo un hotel: es una declaración de amor al espíritu libre de la isla, un lugar donde la sofisticación y la excentricidad se entrelazan. Cada habitación conceptualiza un pequeño universo propio. La Grand Flower Suite, con su cama redonda de 2,2 metros, bañera integrada y jacuzzi privado en la terraza, es un escenario pensado para la contemplación. El techo espejado refleja la luz natural, multiplicando el efecto de espacio y de aire fresco, mientras que las cortinas de colores cálidos filtran los rayos del sol.

Five Flowers

Un oasis con alma hippy, inspirado en el pop de los años sesenta

La Grand Flower Suite, ubicada en lo alto del hotel, ofrece unas envidiables vistas al mar

Five Flowers

El spa del hotel es un espacio de meditación activa. Entre saunas, duchas sensoriales y bañeras de hidromasaje, los huéspedes parecen perder la noción del tiempo, como si la misma isla se hubiera infiltrado en la piel. En cuanto a su oferta gastronómica, juega un delicado equilibrio entre innovación y respeto por lo local. En Kokoy, su chef con estrella Michelin Hideki Matsuhisa transforma ingredientes humildes en experiencias que rozan lo poético. El Sky Cocktail Club, con su piscina infinita, recuerda que Formentera es un horizonte perpetuo, mientras en la golden hour suena en directo bossa nova, jazz o soul.

A pocos pasos, al final de la playa de Es Pujols, se encuentra Chez Gerdi, con su icónica roulotte hippy en la puerta, que invita a la fusión japonesa-italiana con buen ambiente asegurado. La isla, sin perder su fisonomía, consolida a creadores como la artesana Simona Colzi, que ha abierto tienda en Sant Francesc, decorada con la misma estética evanescente y poética que con sus telas. Simona las trata con pigmentos y taninos vegetales, de forma que su obra proyecta la naturaleza desbordante de la isla.

Mónica y Mar, madre e hija, continúan con el negocio familiar en Ses Illetes

Es Ministre

Para completar la estancia, No hay que perderse el arroz de carabineros de Es Ministre, el mítico legendario en Ses Illetes fundado por un pescador Víctor Serra -cuando iba a hacer la gamba a Mallorca regresaba con un maletín, de ahí el cariñoso apodo de es Ministre-. Hoy su hija Mónica y su nieta Mar mantienen la esencia de su exquisita carta. 

Otro de los lugares encantadores es el restaurante Es Mal Pas, en Paraíso de los Pinos, con su exuberante jardín y una cocina creativa. O Casa Natalia en Sant Ferran, el talento de Carlos Abellán filtrado por su mujer, Natalia Juan, que elige los platillos más conectados con el territorio, anotándose delicatessen como la raya a la plancha con mantequilla negra. Placeres no culpables para los cinco sentidos.