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Fiebre Maruja Mallo: llega a Madrid la gran exposición de la artista que se codeó con los genios

Arte

Una exposición en el Reina Sofía de Madrid reúne toda su obra dispersa en España, el resto de Europa y Argentina

Retrato de Maruja Mallo por Jaime Gorospe

@jaimegorospe

Una vez que se identifica una deuda histórica hay que ponerse a saldarla cuanto antes. Algo así ha debido pensar Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía sobre la artista gallega Maruja Mallo, de la que hoy se inaugura una gran exposición en Madrid, después de su paso exitoso por el Centro Botín de Santander.

Maruja Mallo, nacida en 1902 en Viveiro como Ana María Gómez González y fallecida en 1995 en Madrid, estuvo medio olvidada muchos años y se hablaba de ella en términos de musa e inspiración de los artistas y poetas de la Generación del 27. Sin embargo, Mallo llega a 2025 casi como un icono pop y esta exposición retrospectiva comisariada por Patricia Molins es la prueba de que Maruja Mallo era artista de primer nivel antes que musa o cómplice de otros genios. 

Maruja Mallo era artista de primer nivel antes que musa o cómplice de otros genios

Molins en la presentación de la exposición ha contado que han intentado no incidir en los sucesos más extravagantes de su vida, su amistad con Lorca y Dalí, o en su ingrata relación con el poeta Rafael Alberti, quien la negó como compañera sentimental y como influencia artística. “Hemos preferido que su obra hable por sí misma”, dijo la comisaria que cuenta que la exposición de Madrid tiene más documentación y algo más de obra que por razones de espacio no se pudieron incluir en la de Santander.

La exposición Maruja Mallo: Máscara y Compás cuenta con cerca de 200 obras entre pinturas, dibujos y fotografías, además de numerosos documentos, que ayudan a comprender y profundizar en la figura de esta polifacética artista. Por primera vez reúne las cinco verbenas que la dieron a conocer en su exitosa exposición en 1928 en Madrid, la única organizada por Ortega y Gasset en Revista de Occidente. Algunas obras han sido prestadas al museo por coleccionistas privadas, entre ellas la cantante Luz Casal. Consigue, además, la reunión inédita de gran parte de su legado disperso entre España, Europa y Argentina.

'La verbena' de Maruja Mallo

Archivo Fotográfico del Museo Reina Sofía

La muestra está organizada de manera cronológica tomando como referencia sus series de pinturas que, junto a sus dibujos y su archivo, trazan toda su carrera, desde el realismo mágico y las composiciones de carácter surrealista de sus primeros años hasta las configuraciones geométricas y fantásticas de sus últimas obras. “Está ordenada por series porque Maruja Mallo dirigió su obra con intención y dejó las cosas ordenadas”, explica Molins.

“Los escenarios de su obra se desplazan desde los barrios populares de Madrid a las tierras del extrarradio, explorando la relación del hombre con la naturaleza y situando esa relación en una dimensión superior donde ciencia, arte y mitología se dan la mano. Pasando, como ella decía, de la geografía a la cosmografía”, indica el catálogo de la exposición.

La  actitud de la artista que junto a otras mujeres mostraron un mundo visto a través de los ojos de esa nueva femineidad

Si la obra de Maruja Mallo llega más viva que nunca al primer cuarto del siglo XXI es por la propia actitud de la artista que, junto a otras mujeres intelectuales de su generación, construyeron colectivamente la imagen de la mujer moderna y mostraron un mundo visto a través de los ojos de esa nueva femineidad. “Aunque nunca nadie la ha llamado feminista, yo lo haría por su trabajo y su proyección social”, expuso Molins en la visita privada de inauguración. Por ejemplo, fue una gran deportista que se pintó a sí misma haciendo deporte y definió esa actividad como un rasgo de la mujer de la nueva España. Creía, como Ortega y Gasset, uno de los pensadores que más admiraba, que los intelectuales debían liderar el cambio social.

La voz de la artista aparece a través de sus escritos y de los estudios conservados en el archivo que servían a la artista para controlar la difusión de su obra que consideraba indisolublemente unida a su vida. Esta exposición destaca sus retratos que pueden considerarse autorretratos performativos y que la comisaria Molins relaciona con su interés por el teatro. Una faceta que queda expuesta en la reproducción de la maqueta para una ópera-ballet que nunca llegó a representarse por el estallido de la Guerra Civil.

'Joven negra', 1948

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

La moda Maruja Mallo se consolidó cuando el Reina Sofía adquirió hace unos meses el cuadro Joven negra por 300.000 euros, sin ser obra inédita ni pasar del metro cincuenta. ¿Por qué ha sido tan caro? Probablemente porque lo firma Maruja Mallo. El óleo en cuestión está fechado en agosto de 1948, cuando la autora ya se había exiliado a Argentina, tras una primera parada en Lisboa al amparo de Gabriela Mistral, y es muy diferente a la veintena de cuadros que ya poseía el museo madrileño.

En una relación que comienza a ser habitual, la marca de moda Bimba y Lola apoya la exposición en un gesto de mecenazgo que se materializa en varias actividades para el Programa Público de la exposición, entre ellos visitas privadas para sus clientas vip y experiencias especiales que permitirán descubrir el legado de la artista en el contexto privilegiado del museo.