Hacer maletas es un arte, no es un oficio. Es decir, no se aprende por repetición ni por experiencia. Hay gente muy viajada que no sabe empacar. En cambio, hay otros que parecen haber nacido con el don de meter todo en un espacio mínimo sin olvidar nada esencial. Hemos recopilado algunos tips de estos privilegiados para hacer la maleta de los viajes de este verano.
Bolsa de viaje o trolley
Todo depende de cuánto y cómo vayas a desplazarte durante el viaje. En los últimos años ese gran invento que es el trolley: se ha convertido en un símbolo de la masificación y el turismo barato, en cambio las bolsas suaves, estilosas y de buena piel –pero que hay que cargar– han adquirido un halo más sereno, como de gente que duerme en hoteles caros.
Más allá de la imagen que se quiera transmitir en un viaje, quizás las dos grandes ventajas de viajar con bolsa sean, por un lado, que es muy poco probable que te la quiten al entrar al avión por exceso de ocupación del vuelo, y por otro que acabas haciendo una maleta más racional.

Un trolley de color naranja que es más fácil de controlar
Pensar en el color
Con el trolley eres un turista del montón, sí, pero vas cómodo y ligero por los aeropuertos y las ciudades de este mundo, aunque ocupando más espacio y haciendo ruido. Otro problema de los trolley es que hay demasiados y se parecen mucho. Si has optado por uno negro como media humanidad, verás vomitar de la cinta varios equipajes idénticos al tuyo.
Según las estadísticas de las aerolíneas, el color de la maleta es una variable que aumenta el riesgo de pérdida de equipaje, las que más se pierde son las negras, azules, grises y plateadas. Un informe de The Economist Times asegura que los trolleys negros son los que tienen más riesgo de aparecer a 10.000 kilómetros de su destino original.

Es bueno llevar prendas que no se arruguen demasiado
Edita sin piedad las prendas
No hay que hacer una tabla de Excel, aunque si es lo tuyo, adelante. Lo primero es decir “no” a la mentalidad del “por si acaso” e intentar ser práctico. Ese vestido que no te has puesto nunca en la ciudad tampoco lo vas a usar en tus dos semanas de vacaciones.
Lo ideal es llevar prendas de viscosa, lyocel y seda, materiales que viajan bien y no se arrugan demasiado. Algunos viajeros irredentos prefieren tejidos estampados porque aseguran que disimulan las arrugas. La clave es crear un uniforme adaptable con varios básicos si el viaje es corto.

Imagen de la periodista Joan Didion en 1972
Empaca como Joan Didion
Puedes inspirarte en la famosísima lista que Joan Didion incluyó en su libro de ensayos The White Album, y que ahora se replica en TikTok y en las redes sociales con el reclamo de Haz la maleta como Joan Didion. Básicamente la lista de la escritora era esta: dos faldas, dos camisas, un jersey, dos pares de zapatos, ropa interior, una bata, pantuflas, el neceser, una manta de mohair, un bloc de notas, una máquina de escribir, algunos cigarrillos, una botella de bourbon y las llaves de casa.
Todo metido en dos bolsas, una para subir a la cabina del avión y otra para la bodega. Menos romántica es la fórmula 5-4-3-2-1, que recomienda llevar en la maleta 5 pares de calcetines y 5 piezas de ropa interior, 4 tops, 3 partes de abajo -pantalones, shorts, faldas-, 2 pares de zapatos, 1 sombrero u otro accesorio. Otros expertos recomiendan una métrica más extrema, la 3:1 que insta a llevar tres tops o camisas por una parte de abajo.
En cada centímetro de equipaje te va la vida
En general las piezas más grandes y estructuradas van al fondo de la maleta y las más finas se enrollan -es otro método para minimizar las arrugas-. Viaja con los zapatos que ocupen más espacio, y los otros colócalos en bolsas en el perímetro del equipaje. Los accesorios y los cosméticos pequeños pueden ir dentro de los zapatos.
Un neceser optimizado y multipropósito

Accesorios indispensables para un viaje
Las bolsas con recipientes transparentes de menos de 100 ml ayudan a eliminar productos innecesarios. El siguiente ejercicio es elegir cosmética multipropósito, por ejemplo, un labial que puedas usar como blush, o una hidratante con color y alta protección solar. Aquí también hay que dejar de idealizar el verano, la máscara de pestañas azul klein que no has usado en todo el año tampoco la vas a amortizar en este viaje
Los básicos del verano
Viajar en verano implica mirar con otra óptica la meteorología y la flora y la fauna del sitio donde vamos. Más allá de las medidas sanitarias como ponerse las vacunas necesarias, un sitio con alto índice de humedad en verano supone llevar más accesorios para el pelo o ropa 100% de algodón que deje transpirar la piel.
También hay que tener en cuenta que, gracias a los aires acondicionados, se puede sobrevivir pero suponen una diferencia térmica importante por lo que en una maleta de verano siempre tiene que haber una chaqueta. Tampoco sobrará el repelente para mosquitos y un pequeño botiquín de emergencias

Tener un neceser a punto para salir de viaje es una buena idea
Aplica la estrategia de la media maleta
En verano viajamos más que el resto del año y es común cambiar de maleta y que en esos cambios perdamos parte de toda nuestra estrategia para empacar. Para seguir haciendo maletas como un pro se aplica el modo media maleta entre los viajes.
Se trata de tener una maleta siempre medio hecha con los duplicados de un neceser completo -que incluya cepillo y dentífrico-, ropa interior y un bañador. Esa es la base, el resto se completa de acuerdo con el destino. Esta media maleta garantiza volver a empacar para otro viaje en tiempo récord sin olvidar los básicos esenciales.