Rococó a la italiana: la primavera de Max Mara en la pasarela italiana

Semana de la moda de Milán

Ian Griffiths presenta una elegancia sobria pero con volúmenes inesperados en la tercera jornada de la pasarela milanesa

Un look de la nueva colección SS 26 de Max Mara

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Cortesía de la firma

Entre la vorágine de presentaciones y debuts creativos de la pasarela milanesa, Max Mara llega este jueves, en plena Semana de la Moda, como un oasis de calma en clave sofisticada. Un “espresso” rápido a las puertas del Palazzo del Ghiaccio, un momento de pausa para los congregados antes de disfrutar de una dosis de sastrería italiana.

Ian Griffiths, director creativo de la firma, conoce a la perfección las posibilidades de los tejidos nobles y a perfeccionado, a lo largo de su trayectoria, el arte de incluirlos en cualquier código de vestimenta, a veces más relajados y livianos otras más sobrios o incluso de gala.

Ian Griffiths se deja inspirar por la flora y fauna y la figura de Madame de Pompadour

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Cortesía de la firma

Con un sitting elevado, ante la atenta mirada en la zona española de la prensa especializada y rostros conocidos en las redes, como el de Belén Hostalet y Marta Lozano, los primeros diseños de la colección Primavera/Verano 2026 iluminan esta mañana grisácea en la capital de la moda italiana.

La paleta escogida se adapta a la identidad de la marca que en cuestiones de estilismos monocromáticos neutros no conoce competencia. Camel, gris suave, negro y blanco, puro y también roto, pintan el verano de Max Mara, que busca fusionar ligereza y estructura, fantasía y rigor. No hay gota de color aunque sí un tímido estampado floreado con textura. Por que en esta línea el foco se encuentra en la forma.

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Los volúmenes en hombros y caderas, los primeros a través de chalecos de sastre y los segundos mediante minifaldas, se erigen como firme apuesta de Griffiths para la próxima temporada de calor. Se crean a partir de finas capas de tul, como pétalos superpuestos que bailan con el movimiento y aportan ligereza a la silueta.

La seda, la cachemira y el tul envuelven las lánguidas figuras de las modelos, presentadas como una versión moderna de Madame de Pompedour, una de las mujeres más influyentes del siglo XVIII.

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