La tarde en que la plaza Mayor de Madrid se tiñó de rosa, África Peñalver caminó como si avanzara sobre un recuerdo. En el centro de la capital, rodeada de balcones, terrazas y turistas sorprendidos por la transformación repentina de un espacio cotidiano en pasarela, la modelo valenciana desfiló para Carolina Herrera con la misma emoción con la que había debutado años atrás en Londres en 2017.
No era solo un regreso a una casa que la había acompañado desde sus primeros pasos —estuvo en el primer show de Wes Gordon para la firma en 2018—, sino también la confirmación de una trayectoria que hoy la sitúa entre las modelos españolas más reconocidas.
La modelo valenciana desfiló para Carolina Herrera con la misma emoción con la que había debutado en Londres en 2017
Traje y pendientes de cristales de la colección primavera-verano 2026 de Carolina Herrera
Al pie de la estatua ecuestre de Felipe III, África pensaba inevitablemente en Mignon, el caballo de 27 años que la ha acompañado desde la adolescencia y al que hoy llama “mi hermano mayor”. “Cuando lo montaba todavía, su galope era estelar, me encantaba esa sensación de libertad, era pura felicidad”, recuerda.
Su carrera comenzó con JW Anderson, seguida de Prada y la costura de Rodarte. “Tenía recién cumplidos 17 años, era muy joven, vino todo de repente estando todavía con los estudios. Me abrumó y al principio me asustó y creo recordar haber rechazado entrevistas porque no me veía preparada. Luego poco a poco me fui acostumbrando y pude llevar este trabajo con tranquilidad”.Ese arranque inesperado fue también un cambio de perspectiva. “Nunca pensé ni tenía intención de ser modelo. Lo tomé como un regalo que tenía que disfrutar mientras podía”, confiesa.
Claveles y violetas. Vestido en dos volúmenes y zapatos de Carolina Herrera
Motivos florales sobre tul y punto
La clave, para ella, está en el cruce entre moda y arte. “Por mi formación en Artes Plásticas y mi sensibilidad, disfruto del aspecto creativo. Me enorgullece haber podido llevar prendas de grandes artistas como Galliano, Alaïa o Lagerfeld, o haber sido fotografiada por grandes fotógrafos. La moda es arte en la calle o en la imagen creada y eso es lo que me encanta: ser parte de una creación artística”.
Ese vínculo con el arte no se limita a la pasarela. “Está conmigo siempre. Busco inspiración en los museos, en los artesanos locales, en las galerías. Pinto, disfruto con la escultura, creo joyas, me encanta la fotografía. De repente me viene la inspiración por la noche y me tengo que poner a ello. Nunca puedo estar parada, siempre tengo que estar haciendo algo con mis manos”.
Camisa de mangas poeta con detalle de corsés de Palomo para Carolina Herrera
Minivestido en jacquard amarillo azafrán y dorado
En Madrid encuentra puntos de conexión con su València natal. “Es una ciudad llena de vida, moderna y a la vez que conserva su identidad y sus comercios de toda la vida. Siempre que voy aprovecho para pasarme por la mercería Almacén de Pontejos o por la bombonería La Pajarita, donde encuentro los caramelos violetas que mi bisabuela adoraba. Y me encanta visitar los museos, sobre todo ver las obras de Sorolla, pintor valenciano que me inspira muchísimo”.
Vestido en un rojo absoluto, gafas negras y pendientes Andres Gallardo para Carolina Herrera
Vestido con ecos barrocos con drapeados y frunces que esculpen la silueta, de Carolina Herrera. Cesta de mimbre de Celso y Manolo
Fotografía: Bèla Adler / Estilismo: Kati Lanhe / Maquillaje y peluquería: Paca Navarro / Producción: Agnes&Co / Agradecimiento: Celso y Manolo / Modelo: África Peñalver (Elite Model)