La espectacular casa que aún comparten Sara Carbonero e Iker Casillas: con vistas al mar, techos altísimos y decoración mediterránea

Sara Carbonero e Iker Casillas protagonizaron una de las historias de amor más admiradas y seguidas del panorama nacional. La periodista y el futbolista forjaron su romance durante Mundial de Sudáfrica y fue tras la victoria de la Selección española de fútbol masculino cuando desvelaron al mundo su idilio con un beso en directo que sigue grabado en la memoria de muchos.

Cuatro años después de ese momento, llegó al mundo su primer hijo en común, Martín. Y, al poco tiempo, el guardameta fichó por el F.C. Porto de Portugal, haciendo que toda la familia tuviese que trasladarse de forma indefinida a Oporto. Un lugar que vio aumentar la familia, con la llegada de Lucas, su segundo hijo en común, y donde crearon su hogar desde cero.

Tras hacer las maletas, la familia Casillas Carbonero cruzó la península para llegar a un piso situado en el exclusivo barrio de Foz, una zona que se caracteriza por su alto nivel de vida, sus inmuebles de lujo y un ambiente sofisticado. Algo que se ve reflejado en las decenas de fotografías que la periodista ha compartido en sus redes sociales a lo largo de los años.

Entre ellas, se puede ver el salón del que fuera su hogar durante varios años. Las paredes blancas y las largas cortinas del mismo color contrastan con el suelo de madera que se abre paso por toda la vivienda. Una estancia en la que cobran especial importancia dos sillones de color amarillo que van a juego con otros elementos de la sala.

Las increíbles vistas al océano Atlántico, uno de sus grandes atractivos

Flores, cuadros, adornos y figuras dentro de vitrinas de cristal, libros, una alfombra de tonos crudos y una lámpara de color negro completan esta estancia cuyo atractivo principal son sus vistas. Unos enormes ventanales, que dan paso a un pequeño balcón, dan una visión perfecta del océano Atlántico que baña toda la costa portuguesa.

“Extraño cómo se veía el mundo desde tu ventana”, expuso Sara Carbonero a través de sus redes sociales en enero de 2022, diez meses después de su ruptura con Iker Casillas. Y es que parece que la periodista se adaptó de forma inmediata al lugar gracias, en parte, a las ventanas de su hogar, que guardan muchos secretos y recuerdos.

Y si bien esa zona principal es la que más mostró en su cuenta de Instagram mientras vivía allí, tampoco dudó en compartir con sus seguidores la zona del comedor. Una estancia en la que se abre paso una gran mesa de madera acompañada por sillas tapizadas con terciopelo marrón y una gran lámpara de araña que cuelga del techo. Un aparador azul repleto de objetos y un amplio espejo de cuarterones completan esta estampa.

Y si se cruza la puerta blanca que separa las habitaciones, se puede llegar a la cocina. Una estancia que cuenta con un elemento muy característico de Oporto: unas baldosas de cerámica adornadas con florituras típicas del lugar. Un suelo a juego con los modernos muebles blancos que recorren toda la sala y en la que se puede ver que la expareja decidió colocar electrodomésticos plateados.

Pero si hay una habitación que tuvo mucha vida durante el tiempo en el que vivieron Sara Carbonero e Iker Casillas, esa fue la habitación de sus hijos, decorada con un papel pintado con diversos dibujos naturales. 

En las fotografías compartidas por la periodista en su momento, se puede ver una estancia ataviada con dos camas blancas, un sillón del mismo color y numerosos juguetes, entre los que se encuentran una pizarra y varios peluches.

Todo un lugar de encanto que enamoró a Sara Carbonero y del que sigue guardando un recuerdo muy especial, pese a haberse quedado en el pasado. Sin bien no consta que la que fuera pareja se deshiciera del piso en el que pasaron tanto tiempo, lo tuvieron que abandonar por cuestiones de trabajo, por la enfermedad de la periodista y por la ruptura, entre otras cosas.

Y si hay algo que le gustaba de Oporto era la belleza del lugar. Por ello, tampoco dudó en compartir siempre que pudo imágenes de su costa o de las viviendas que se abren paso por toda la costa de la ciudad del Duero.