Durante la era victoriana, una curiosa tendencia surgió entre la élite social, quienes enviaban expediciones a Egipto con el fin de recuperar momias y abrirlas en grandes cenas de alto nivel. Este fenómeno, que se realizaba casi como un espectáculo social, lo ha explicado la arqueóloga Lidia Merenciano en su intervención en el programa 'Herrera en Cope'. Según la experta, “la gente con mucho dinero hacía expediciones a Egipto para abrir momias y hacer una especie de medicamento que prometía curarlo todo”.
Hacían un medicamento que prometía curarlo todo
Eventos sociales con aperturas de momias
Lidia Merenciano detalla cómo estas cenas se organizaban en las que, con amigos y familiares, se procedía a abrir las momias. Las momias no solo contenían cuerpos embalsamados, sino también numerosos objetos personales, lo que convertía a cada momia en una especie de “huevo Kinder”, cargada de sorpresas.
Sin embargo, este fenómeno tuvo sus raíces en un fallo de traducción. La palabra “momia” no solo describía los restos humanos, sino también un tipo de betún utilizado en medicina. A partir de ahí, comenzó a extenderse la práctica de machacar trozos de momia para crear un medicamento que prometía curar todo tipo de enfermedades.
Otra curiosidad de esta historia es que, además de usarse como medicamento, el polvo de momia también fue utilizado para pintar, lo que muestra hasta qué punto llegó el interés por estos restos.
Lidia Merenciano también reflexiona sobre lo que le atrajo a ella de la arqueología, que no es la búsqueda de grandes tesoros o ciudades perdidas, sino “reconstruir la vida de las personas de a pie”, aquellas que, como nosotros, vivieron hace miles de años y cuyas vidas nos ayudan a entender cómo hemos llegado hasta aquí.

