El miedo y la ansiedad no distinguen entre personas. Son emociones universales que pueden afectar a cualquiera, incluso a los más famosos, esos que estamos acostumbrados a ver en televisión como si nada pudiera afectarles. Un ejemplo de ello es Pablo Motos, presentador de El Hormiguero, quien reconoció en una de sus apariciones en el pódcast Tengo Un Plan, cómo lidia con el miedo y la ansiedad cuando estos aparecen en su vida.
Estas emociones, aunque incómodas, nos recuerdan algo fundamental: que somos humanos. Sentir miedo o ansiedad no nos hace débiles, sino reales. El miedo suele aparecer ante lo desconocido, cuando nos enfrentamos a algo nuevo, cuando dudamos de nuestras capacidades o cuando no estamos acostumbrados a ciertas situaciones. Es una reacción natural de nuestro cuerpo y mente ante un posible peligro o incertidumbre.

Mujer comenzando a meditar
La ansiedad, por su parte, puede desencadenarse en momentos de estrés, cuando nos sentimos sobrepasados o incapaces de gestionar una situación concreta. También puede ser el resultado de experiencias traumáticas que no han sido completamente procesadas.
Sin embargo, hay una salida. Aunque a veces todo parezca gris y nos sintamos incapaces de seguir adelante, es posible superar estos estados. ¿Cómo? Enfrentándolos con conciencia, con ayuda si es necesario, y sobre todo con paciencia y esfuerzo. Reconocer que necesitamos parar, respirar y pedir apoyo no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía. Porque el primer paso para superar algo es aceptar que está ahí. Y desde ahí, todo empieza a cambiar.
Pablo Motos lo tiene claro: “Al miedo, si le hablas, baja inmediatamente. Está acostumbrado a que huyas. Pero si te das la vuelta y le dices: ‘Atraviésame’ o ‘Máteme’, el miedo no sabe cómo reaccionar”, explicó en el pódcast. Además, añade que: “Cuando tengo mucho miedo de algo, lo hago mentalmente y digo: “vale, mátame, mátame”. Y el miedo no sabe cómo reaccionar a eso”.
Sobre el pranayama del yoga
El pranayama es una técnica del yoga que se basa en el control consciente de la respiración para influir en el cuerpo y la mente. Su nombre proviene del sánscrito y significa “control de la energía vital”, ya que se considera que el “prana” (la energía vital) viaja a través del aire que respiramos.
Dentro del pranayama existen diferentes ejercicios, y cada uno tiene un efecto distinto: algunos activan, otros calman, equilibran o purifican. Por ejemplo, técnicas como la respiración alterna por las fosas nasales (nadi shodhana) ayudan a equilibrar el sistema nervioso, mientras que otras como la exhalación prolongada, es decir, soltar más aire del que se inhala, tienen un efecto tranquilizante, ya que estimulan el nervio vago y favorecen la activación del sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación.

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Esta última es común en muchas tradiciones: desde el “om” del yoga hasta el rezo del rosario o los cantos gregorianos, todos comparten esa respiración lenta y rítmica que ayuda a calmar cuerpo y mente.
“Si estoy muy mal, hago el pranayama del yoga, que consiste en soltar más aire del que coges. Este truco lo usa todo el mundo. Todas las religiones lo hacen. Rezar el rosario sirve para eso. Sueltas mucho aire. El “om” es eso. El “hare, hare, hare krishna” también. Los cantos gregorianos hacen lo mismo”, confiesa el presentador.
“La clave es soltar más aire del que tomas, y te calmas. Coges aire, pero vuelves a coger un poco más rápido… como te venga. Lo importante es soltar. Entonces se estimula el nervio vago y te calmas”, explica,