Las exigencias que rodean a las actrices en Hollywood han llevado a Emma Watson a describir esa presión como un juego de resistencia del que resulta difícil escapar. En una entrevista en el pódcast On Purpose with Jay Shetty, emitido el 24 de septiembre, explicó que el nivel que se espera de las mujeres es tan alto que la sensación es la de vivir en una especie de programa competitivo en el que siempre se sube el listón.
La intérprete reconoció que esa dinámica le ha resultado agotadora y que la ha empujado a cuestionar incluso su relación con la imagen pública que proyecta.
No se reconocía
Las apariciones constantes terminaron creando una figura ajena a lo que sentía
En esa conversación, Watson detalló cómo la sobreexposición le llevó a sentirse desconectada de sí misma, hasta el punto de que, según sus palabras, “se había reproducido tantas veces y se había cargado de tantas cosas distintas que se volvió demasiado pesada de llevar”.
Añadió que se veía obligada a convivir con un “avatar” que no correspondía a su verdadera identidad, y que esa distancia con su yo real se intensificaba cada vez que aparecía en portadas o eventos.
Emma Watson durante el podcast de Jay Shetty
El contraste entre lo que se exige a hombres y mujeres fue otro de los temas que abordó. La actriz admitió con franqueza: “Siento mucha envidia de mi compañero de reparto masculino que puede ponerse una camiseta y simplemente aparecer sin todo este ritual para resultar aceptable delante de la cámara”.
A partir de ahí, puso como ejemplo a Pamela Anderson por haberse atrevido a acudir a actos sin apenas maquillaje, una decisión que Watson calificó como un gesto de enorme valentía.
La presión estética no fue el único asunto tratado. En declaraciones recientes a la revista Hollywood Authentic, Watson reveló el motivo por el que se apartó del cine tras el rodaje de Mujercitas en 2019. En sus propias palabras, “seré honesta y diré que no echo de menos vender cosas”. Explicó que sentía ese trabajo como algo que le consumía demasiado, aunque sí afirmó que echa de menos la interpretación como disciplina artística.
Para ella, el equilibrio personal se sostiene en lo cercano: “Lo más importante, en realidad, o el fundamento de tu vida, es tu casa y los amigos y la familia”. Subrayó que, tras años de actividad constante, necesitaba recuperar una rutina estable, porque sin ella, la vida se convertía en una sucesión de proyectos que dejaban un vacío cada vez mayor.

