A muchas mujeres les toca crecer antes de tiempo, empujadas por la necesidad de sacar adelante a sus hijos en solitario. Las que se enfrentan a esa situación aprenden rápido que no hay descanso posible: cada decisión cuenta y cada día exige encontrar el equilibrio entre el trabajo y el cuidado.
En el mundo del espectáculo, donde los horarios cambian y la estabilidad es un lujo, esa problemática se multiplica. Sofía Vergara lo sabe bien, porque vivió esa realidad desde muy joven y con responsabilidades que le llegaron cuando aún estaba empezando su vida adulta.
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La maternidad temprana obliga a madurar a una velocidad que no se elige
Tenía solo 19 años cuando nació su hijo Manolo, fruto de su relación con su novio del instituto en Colombia. A los 24 ya era madre soltera y decidió mudarse a Miami para buscar oportunidades. En una entrevista con Us Weekly reconoció que “fue muy duro” y añadió que “hay cosas que, siendo tan joven, no tendrías que estar pensando”. Su traslado marcó el inicio de una etapa en la que debía resolverlo todo mientras trataba de construir una carrera.
La actriz explicó que “te sientes culpable porque no puedes estar disponible todo el tiempo”. Los viajes y los rodajes complicaban un día a día imprevisible. Contó que le ayudó su madre, pero que tuvo que aprender a delegar: “No se puede ser madre de 24 horas si trabajas, tienes que confiar en otras personas”. También admitió que una de las ventajas de criar sola era tener libertad para decidir: “No tenía que discutir con nadie sobre cómo hacer las cosas”.
Con el paso del tiempo, la intérprete colombiana comprendió el peso de aquella etapa. “Cuando veo a gente joven pienso: ¿cómo lo hice con 19 o 20 años? En ese momento solo quieres no tener responsabilidades”, confesó. Hoy, con una vida profesional consolidada y un hijo adulto, reconoce que entonces solo intentaba sobrevivir. Y, a la vista está, lo consiguió con creces.

