Tras más de un mes en Honduras, cada vez son menos los robinsones que quedan en los Cayos Cochinos. El final de la segunda edición de Supervivientes All Stars está cada vez más cerca, y aunque los concursantes comienzan a abandonar la isla, quien permanecerá en el Caribe hasta el último momento es Laura Madrueño. La periodista, que en los últimos años se ha consagrado como presentadora del formato desde el terreno, volverá a Madrid cuando termine la aventura. Y lo hará para reencontrarse con un espacio muy distinto al plató improvisado junto al mar. Directa a su casa en la sierra, un proyecto que resume su manera de entender la vida.
Lejos de la intensidad de la televisión en directo, la también conductora de El Tiempo en Informativos Telecinco encuentra su refugio más personal y respetuoso. Para muestra, la forma en la que en el pasado compartía los detalles de su proyecto personal en el portal Vivienda Saludable, donde evidenciaba que no se trataba solo de construir una vivienda, sino de “un proyecto de vida que se desarrolla en su totalidad en torno a la idea de la integración y el respeto por la naturaleza”. Un regreso a lo esencial que, en su caso, ha adquirido forma de piedra, madera y energía renovable.
“Despertarme con el canto del gallo”
Una forma de vida en consonancia con el entorno natural
En ese texto, la periodista explicaba cómo había concebido su hogar como un espacio conectado con la tierra, en todos los sentidos. “Nos encontramos en plena sierra, rodeados de montañas, verde salvaje y de caminos pecuarios. Por las mañanas tengo la suerte de despertarme con el canto del gallo y con el tolón-tolón de las vacas”, escribía. Su vivienda, de estética rústica y materiales naturales, se convierte así en un lugar que busca adaptarse al entorno, no dominarlo.
El respeto por los ciclos naturales también se refleja en el diseño del día a día. “Para desayunar recojo de mi huerto ecológico algunos tomates, plantas aromáticas para preparar el té, y de los frutales algunas manzanas e higos maduros”, contaba entonces, dando a entender que el estilo de vida que ha elegido no es una pose, sino una rutina asumida con naturalidad. El interior, como ya ha mostrado en redes y han recogido los medios en reiteradas ocasiones, combina madera, piedra y luz natural, con una cocina concebida como centro vital del hogar.
El aislamiento térmico es otro de los pilares del proyecto. “Todas las estancias tienen aperturas al exterior para disponer de luz natural, y al mismo tiempo todas las ventanas cuentan con amplias prestaciones para aislar la casa al máximo del intenso frío en invierno y del calor en verano”, explicaba al sitio web antes citado, subrayando que este enfoque no solo responde a criterios estéticos o de comodidad, sino también energéticos. Desde esos ventanales, según relataba, pueden ver pastar a las ovejas mientras desayunan.
“Pensar en cada detalle”
Sostenibilidad desde los cimientos y en cada gesto diario
Más allá del diseño arquitectónico, el proyecto va acompañado de una apuesta firme por la autosuficiencia. “La casa está pensada desde la sostenibilidad para que sea una referencia a nivel energético, una casa cuya energía provenga de fuentes naturales como el Sol y la Tierra”, señala Laura, en alusión al sistema de paneles solares y geotermia que abastecen la vivienda. Una parte del tejado cuenta incluso con una cubierta vegetal, que mejora el aislamiento y favorece la integración visual en el paisaje.
La gestión del agua también ha sido objeto de atención. Consciente de la escasez hídrica en los meses más secos, implementó un sistema de recogida de lluvia: “Mediante un sistema de canalones en el tejado se recoge el agua de lluvia en dos aljibes para el riego”. El jardín y el huerto que rodean la casa no son simples elementos decorativos, sino parte activa del ecosistema doméstico que ha creado.
“En este proyecto hemos intentado pensar en cada detalle para conseguir vivir de una forma más consonante con nuestro planeta”, concluía en el mencionado artículo. Una declaración de intenciones que resume el espíritu con el que ha abordado esta etapa personal. Y así, mientras sigue sumando horas de emisión bajo el abrasador sol hondureño, el verdadero refugio de Laura la espera. Con su olor a campo, su huerto lleno y sus muros hechos de decisiones conscientes.
