Hacía diez años que Andreu Buenafuente no presentaba un programa en una televisión nacional. Durante esta década, el comunicador ha explorado nuevos formatos en TV3 y en distintas plataformas hasta que se le presentó la oportunidad de regresar a la pequeña pantalla con Futuro imperfecto, en La 1. Un debut que despertó gran expectación y que, con el paso de las semanas, ha conseguido asentarse en audiencia hasta consolidarse como un formato de éxito.
A través de sus monólogos, el presentador hace un repaso a la actualidad político-social, lanzando con humor una crítica a cuestiones que afectan a la población de forma directa. Y es que, para el catalán, el humor es una herramienta indispensable para poder ayudar a los demás.
Andreu Buenafuente
“Yo digo es casi como un semanario, porque recoge lo que ha pasado toda la semana, lo que nos interesa destacar y vemos cómo lo llevamos a la comedia, a nuestra comedia”, ha señalado en su última entrevista para 20 minutos, en la que ha hablado sin tapujos de las críticas que recibe la nueva RTVE por parte de un sector de la política.
Andreu Buenafuente: “Hay declaraciones que se explican por sí solas, se definen por sí solas y yo estoy en otra cosa”
Harto de algunas declaraciones incendiarias, Andreu Buenafuente se ha mostrado impasible ante el comentario de Mariscal Zabala, de Vox, afirmando que entrarían en la televisión pública con lanzallamas o motosierras si llegasen a gobernar: no quiere darle más protagonismo a algo que considera un “exabrupto”.
“De verdad que yo creo que hay declaraciones que se explican por sí solas, se definen por sí solas y yo estoy en otra cosa. No quiero entrar. (...) Yo sigo con lo mío y si un día no me contratan, pues me iré a otro sitio. Yo qué sé. Ya veremos. O me iré a casa, que ya empiezo a ser mayor”, ha confesado, dejando claro que lo único que quiere es seguir trabajando como hasta ahora.
Andreu Buenafuente
Desde que alcanzó el éxito como presentador y monologuista, Andreu Buenafuente ha estado en el foco mediático por su forma de trabajar. Y es que siempre ha tenido claro su lado más reivindicativo a la hora de hacer los monólogos que ofrece luego en sus programas. Algo por lo que se siente observado de alguna forma.
“El humor está vigilado. Los humoristas no somos el problema, estamos usando la libertad de expresión, lo es el que comete un delito o da fake news”, ha expresado con sinceridad en esta entrevista. Una defensa de su profesión que siempre lleva por bandera y con la que ha querido dejar clara su libertad en RTVE.
