Hace un año y medio, la periodista Núria Solé tuvo que dejar de editar y presentar el TN Comarques por una depresión que la obligó a estar seis meses de baja. “Estaba al límite”, confiesa Solé en una entrevista en el podcast Sense filtres, de Marta Cailà.
En los últimos cinco años, la depresión ha aumentado un 28% en Catalunya. De hecho, un 9,2% de la población mayor de 15 años padece este trastorno, según una encuesta del Departamento de Salud.
“Te gustaría levantarte y estar más feliz, pero no puedes”
Solé ha convivido durante gran parte de su vida con la angustia y la ansiedad. Su primer ataque fue con solo 15 años y acabó en el hospital. Esta última vez, en 2024, “una serie de circunstancias personales” la llevaron a un nuevo ataque de ansiedad.
En el CAP le recomendaron cogerse unos días de baja, pero “esos días se fueron alargando”. La presentadora del TN Comarques recuerda que “la ansiedad y la depresión van bastante de la mano y, muchas veces, una lleva a la otra”.
“Cuando ves que no puedes volver a tu vida de cada día, a tu trabajo –yo disfruto muchísimo con mi trabajo–, me fui sintiendo cada vez más incapacitada, y eso me derivó un poco en depresión”, añade.
Núria Solé, periodista, en el podcast 'Sense filtres'
El día a día se le hacía mucho más pesado, le costaba “levantarse por la mañana” y “lloraba constantemente”. También sentía una “presión muy grande” al darse cuenta de que no podría volver al trabajo pronto y pensaba que “no podría volver a hacer un TN nunca más en la vida”.
”Me sentía cada vez más atrapada”, confiesa. Cuando ya llevaba dos meses de baja, en una de las visitas al CAP, el médico de cabecera le aseguró que estaba entrando “en otra fase”: la depresión.
¿Cómo te ves a ti misma?
Núria Solé explica en Sense filtres que hay un momento en el que se pregunta “cómo puede ser que antes pudiera hacer tantas cosas” si ahora le cuesta incluso salir de la cama. “No te reconoces”, dice, e insiste: “Yo era capaz de gestionar muchas cosas en mi vida y ahora estoy paralizada delante de unos macarrones y de cosas muy pequeñas. Y eso te hace sentir mal. Te gustaría levantarte y estar más feliz y contenta, pero no puedes. Te identificas con esa persona, pero no te gustas y no quieres estar así”.
La periodista remarca que “no nos han enseñado que podemos estar así, que no pasa nada y que todo tiene salida”. En su caso, dos cosas la ayudaron a superar la depresión: la medicación y la meditación.
La ayuda de la medicación y la meditación
Cuando empezó a tomar medicación, en un par de semanas comenzó a sentirse mejor: “Fue como si me volvieran a encender el motor del cerebro. Yo estaba paralizada, agotada, nerviosa, cansada, desanimada, y, de repente, todas las piezas volvieron a ponerse en su sitio”.
Solé defiende la medicación “cuando es necesaria” y pide dejar atrás los prejuicios alrededor de este tema. Ella era consciente de que la necesitaba, pero después continuó trabajando “para poder dejarla”. Pero más allá de la medicación, la recuperación de la presentadora del TN Comarques estuvo muy relacionada con la meditación y el crecimiento personal.
“No es algo solo para las personas que hayan pasado por estas situaciones o por una enfermedad de salud mental. Practicar meditación está estudiado que va muy bien para el cerebro: es un entrenamiento para poderte concentrar, para poder estar en el presente, para poder disfrutar de la vida”, asegura.
Hablar para romper el tabú
La depresión ha sido un episodio muy complicado para la periodista, pero también reconoce que ha aprendido muchas cosas y que, si ahora se enfrentara a una situación similar, “lo haría de otra manera”, porque ha obtenido las “herramientas para intentar prevenir al máximo estos estados inquietantes que, al final, nos hacen infelices”. Núria Solé sabe que si ahora volviera a caer, su enfoque sería diferente: “Pensaría que puedo salir adelante, porque es lo que he hecho”.
La editora del TN Comarques explica por qué ha decidido compartir su testimonio: “Tenemos muchos tabúes y yo la primera, pero no se trata de ropa sucia que tengas que dejar en casa. No hay que esconderlo; nos puede pasar a todos porque vivimos en una sociedad que nos empuja a vidas mucho más estresadas de lo que deberíamos tener. Un día se empezó a hablar del sida y del cáncer, fue una lucha que se fue ganando poco a poco. Con la salud mental tiene que ser exactamente igual. Nadie debe sentirse mal por decir que está de baja por una depresión. Tenemos que poder decir la palabra trastorno sin que nos pese”.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.

