Pista 500, de fábrica de Fiat a meca del arte contemporáneo por obra de Renzo Piano

Vehículos y arte

La mítica compañía automovilística de Turín es hoy un laboratorio creativo que acoge en su azotea instalaciones de los más reconocidos artistas

La pista 500 de Fiat se ha transformado en un refugio para el arte contemporáneo

La pista 500 de Fiat se ha transformado en un refugio para el arte contemporáneo

Sebastiano Pellion di Persano

It is not the end of the world reza un cartel luminoso de letras azules que se asoma entre la vegetación y apunta su mensaje al cielo abierto. La ciudad palpita a los pies y, a lo lejos, las cumbres de los Alpes ribetean el horizonte. Podría tratarse de un letrero comercial, pero es la instalación artística del colectivo danés Superflex para lanzar, con toda su contradicción, una advertencia apocalíptica.

Esta obra, que domina el paisaje urbano de Turín desde uno de sus edificios más icónicos, encierra una invitación cargada de ironía a redefinir el sistema de valores que moldea nuestras ciudades, a cuestionar la sociedad en la que vivimos.  “No es el fin del mundo” es la respuesta que lanzó Donald Trump a Greta Thunberg cuando la joven activista le expuso el listado de consecuencias que podría acarrear el cambio climático.

Ha pasado de ser una pista de prueba de nuevos automóviles a la meca del arte contemporáneo.

Paradojas, humor y mucha reivindicación marcan la esencia del último grito de la capital del Piamonte: Pista 500, allí donde se aloja este neón junto con otras muchas creaciones vanguardistas. Se trata de la azotea de la más histórica fábrica de coches y supone todo un ejemplo de reconversión industrial. Ha pasado de ser una pista de prueba de nuevos automóviles a la meca del arte contemporáneo.

Azotea de la histórica factoría de Fiat

Azotea de la histórica factoría de Fiat

Sebastiano Pellion di Persano

La ciudad del motor

Hay que escarbar en la historia para entender este proceso. Fue al calor del barrio de Lingotto como Turín se vio revestida de un tono racionalista y gris. Corrían los albores del siglo XX y aquí, en las calles del extrarradio, nacía la Fabbrica Italiana Automobili Torino (FIAT). Un edificio descomunal, diseñado por Giacomo Mattè-Trucco, que estaba llamado a albergar la mayor compañía automovilística de Europa.

Considerada todo un hito de la primera arquitectura propiamente moderna, esta construcción fue concebida como una gigantesca máquina donde la materia prima entraba por el nivel de la calle e iba tomando forma en cada una de las plantas superiores. Al final, ya con todas las piezas ensambladas, el automóvil estaba listo para rodar en un circuito de ensayo, instalado en la terraza del último piso. 

Pista 500, allí donde se aloja este neón junto con otras muchas creaciones vanguardista

Pista 500, allí donde se aloja este neón junto con otras muchas creaciones vanguardistas

Pinacoteca Andra Agnelli

Hasta 80 modelos diferentes fueron fabricados durante su historia, que llegó a abarcar unas cinco décadas y que dio a luz invenciones tan icónicas como la del Fiat 500, conocido en Italia como Topolino. Pero pasaron los años y esta estructura que dejaba adivinar líneas futuristas, esta mole a la que el mismo Le Corbusier había alabado como un referente de vanguardia (“es una guía a seguir para el diseño de las ciudades”, llegó a decir) acabó por quedarse desfasada frente a los nuevos rumbos de la industria.

Cambio de piel

Tuvo que llegar Renzo Piano para dar al traste con la idea del derribo. Tuvo que llegar el enfant terrible del diseño experimental, el prolífico y revolucionario arquitecto genovés, para insuflar una nueva vida a la emblemática fábrica, que acabó tomando el nombre del barrio. Entonces se produjo la revolución. El color se coló por las grietas del hormigón y el arte en todas sus disciplinas tomó el relevo a la robótica cadena de montaje.

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Hoy Lingotto es un laboratorio creativo. Un multiespacio que ha logrado integrar la estética de la manufactura en el nuevo contexto urbano. Y que, además, ha creado un diálogo con el fondo histórico de la institución. Porque en su interior, junto a un museo que desgrana la historia de la Fiat, un café con vistas panorámicas y un bookshop con libros, catálogos y revistas especializadas, descansa la colección permanente de la Pinacoteca Agnelli.

Estos fondos de la familia del principal grupo automovilístico italiano constituyen un núcleo ecléctico de excepcional valor, en el que se compendia la historia del arte europeo. Desde las pinturas venecianas del 700 hasta el neoclasicismo de Canova, el preimpresionismo de Manet, el impresionismo de Renoir, el cubismo de Picasso o el futurismo de Giacomo Balla.

Superflex presenta su sardónico 'No es el fin del mundo'

Superflex presenta su sardónico 'No es el fin del mundo'

Sebastiano Pellion di Persano

'Sí a todo'

En la Pista 500, junto a un jardín colgante, son las instalaciones contemporáneas las que ocupan la carretera ovalada por la que circulaban los coches recién estrenados. Instalaciones site-specific que incluyen esculturas, obras de luz o sonido y proyectos de cine ampliado, y que profundizan en las nuevas visiones de lo que fue un circuito cerrado.

La tijeras de Valie Export en el exterior del edificio, símbolo feminista

'Las tijeras' de Valie Export en el exterior del edificio, símbolo feminista

Sebastiano Pellion di Persano

Las tijeras de Valie Export convertidas en un símbolo del feminismo artístico, la rampa de Liam Gillic con miles de partículas de purpurina que aluden a la esperanza y a los sueños, los murales en la curva parabólica de Dominique González-Foerster que retratan las luchas sociales, las señales viales especiales de Marco Giordano, el cartel con fotografías de Nan Goldin…

Arte, en definitiva, que aúna, como el edificio, historias de ayer y de hoy. Dentro, los artistas clásicos hablan del pasado, y fuera, los artistas vivos hablan del presente, pero con proyección de futuro. Con la idea de mostrar una vocación decididamente abierta, Lingotto ha hecho de la obra de Sylvie Fleury, también expuesta en la azotea, la clave de su manifiesto: Yes to all.

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