Una jungla de cristal en el trópico: Panamá, la capital de los rascacielos de Latinoamérica

Ruta urbana

La belleza del país centroamericano no solo se encuentra en sus playas o su naturaleza, también en sus monolíticas construcciones 

El contraste entre el casco histórico de Panamá y la ciudad moderna es absoluto

El contraste entre el casco histórico de Panamá y la ciudad moderna es absoluto

Mónica Grimal

Hacia el año 2000 sobraban dedos de una mano para contar los rascacielos que emergían en la capital de Panamá. Apenas cuatro moles espigadas en el área más moderna superaban los 150 metros de altura. Y era tal su carácter de entes extraños y aislados que su tamaño era incapaz de competir con el atractivo del casco histórico y joyas como la catedral de Nuestra Señora de la Asunción construida en el siglo XVII o el bello American Trade Hotel, antaño de lo más exclusivo del país.

Pero era innegable que el progreso había desembarcado en los barrios emergentes donde se levantaban construcciones interesantes por sus dimensiones, su belleza y su capacidad de anticipar lo que estaba por llegar. Un ejemplo de aquello todavía se ve en la plaza Paitilla Inn. Ahí se alza hasta los 70 metros un sugerente cilindro de vidrio y hormigón que en 1975 se convirtió en el edificio más alto de Panamá y el primer hotel de la cadena Holiday Inn en el país centroamericano.

Panamá ha esculpido el 'skyline' más futurista de Latinoamérica 

Esta preciosidad arquitectónica hoy en día parece diminuta al rodearse de colosos que doblan y hasta triplican su altura. Porque en lo que va de siglo XXI, decenas de rascacielos se han elevado hasta las nubes. Son grandes torres de apartamentos, hoteles y oficinas que desde ahí arriba divisan el océano y el vecino Canal de Panamá, causa verdadera del boom constructivo y económico que ha esculpido el skyline más futurista de Latinoamérica.

 JW Marriott, el edificio más alto de la zona urbana 

De entre toda esa selva urbana, el edificio más alto es el JW Marriott. Una torre con dos alas curvas que alcanza los 284 metros. Una forma abierta que plasma su carácter acogedor, ya que en varias de sus 70 plantas se encuentran las lujosas habitaciones del hotel JW Marriott Panama. También hay un área comercial, un amplísimo gimnasio, un spa, además de diversos restaurantes y bares como el Cava 15, famoso por sus cócteles y por las vistas que ofrece sobre la ciudad.

Vistas desde la piscina infinita del JW Marriott Panama

Vistas desde la piscina infinita del JW Marriott Panama

Mónica Grimal

No obstante, las mejores vistas se gozan desde la piscina infinita del hotel. Es todo un deleite aliviarse del calor tropical dando brazadas en esa piscina mientras se disfruta de la panorámica sobre la bahía, viendo cómo decenas de buques aguardan turno para adentrarse en el canal que en apenas unas horas les trasladará del Pacífico hasta el Caribe. Y también desde esa piscina se contempla a lo lejos Costa del Este, otra moderna área de desarrollo, donde abundan los rascacielos algunos como más de 260 metros como el Ocean Two y la Vitri Tower.

Ninguno supera la altura del JW Marriott Panama que cuando se concluyó en 2011 fue el gran gigante de Latinoamérica. Si bien en su denominación original aparecía el apellido Trump, cuya organización se lanzó aquí a una aventura empresarial que no le salió del todo bien. De hecho, tras un periodo de disputas, los actuales dueños del edificio lograron desvincularse por completo del nombre del magnate. ¿Quién sabe si el actual empeño de Donald Trump por adueñarse del canal tiene algo que ver con esa experiencia inmobiliaria?

Punta Paitilla, una aglomeración de torres

Aglomeración arquitectónica de Punta Paitilla

Aglomeración arquitectónica de Punta Paitilla

Mónica Grimal

El caso es que Punta Paitilla, el área donde se levanta el espectacular hotel, posee una aglomeración increíble de torres y edificaciones grandiosas. Tanto que según desde qué perspectiva se observe es difícil saber cuál es la construcción más alta. Basta divisar desde la lejanía el conjunto para pensar que la mayor altura es The Point, una afilada torre residencial que literalmente se asoma al Pacífico, la cual en realidad “solo” se eleva hasta los 266 metros.

La mejor vista de Punta Paitilla se obtiene desde la avenida Balboa, la gran arteria del tráfico por el centro panameño. Una larguísima vía rodeada por más colosos de la construcción, en este caso muchos dedicados a las finanzas. Y es que no hay que olvidar que el peculiar régimen fiscal panameño es otro de los motivos del desarrollo de la ciudad y su arquitectura. Algo que saben bien en la torre de Bicsa Financial Center, llamativa e inconfundible gracias a la curva dorada de su cúspide.

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Si bien en Balboa no todo son bancos, empresas financieras y despachos de abogados. Sobre el atasco continuo de la avenida también hay grandes residencias como Arts Tower o la Rivage. Ahí viven gentes de alto nivel adquisitivo que muy cerca disponen de la Cinta Costera. Un espacio urbano para el paseo, el ocio y el deporte que discurre entre la avenida y las aguas de la bahía. Algo así como un gran salón en el que descansar de la vorágine de esta ciudad cosmopolita y febril que supera el millón de habitantes.

Fachada de espejos del hotel W Panama

Fachada de espejos del hotel W Panama

Mónica Grimal

Y quizás muchos de los residentes en las torres de Balboa vayan a trabajar no demasiado lejos de aquí. En la calle 50 y sus aledaños. Ahí de nuevo vuelven a levantarse inmuebles enormes y ahora de apariencia algo más contemporánea. Así ocurre con el elegante diseño de Tower Bank con una fachada de vidrio tan opaca como las cuentas que se cobijan dentro. Aunque si hay un edificio que plasma la arquitectura más actual de Panamá esa es la icónica F&F Tower, cuya forma de tornillo ya es un símbolo de esta ciudad tan tropical, tan cosmopolita y tan distinta.

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