La Navidad es la época que muchos esperan durante el año. Especialmente los más pequeños de la casa. Saben que, si se han portado bien, recibirán la visita de Papá Noel con los regalos que han pedido. Pero el hombre regordete y bonachón vestido de rojo no deja de ser una invención publicitaria que se ha extendido por el mundo. Cada región cuenta con su leyenda particular de esta persona tan generosa. Es el caso de Galicia con el O Apalpador, cuyo origen suscita bastante interés.
Las historias populares acerca de este señor proceden de las profundidades de los montes gallegos. Para ser más concretos de las montañas de O Courel y Os Ancares. Además, en algunas aldeas de la comarca de Terra de Trives se le conoce como Pendigueiro. En el imaginario popular siempre se le ha representado como una persona de aspecto bonachón, el pelo de color rojo, una pipa de fumar en la boca y un palo de roble que le hace las veces de bastón.
A diferencia del Santa Claus original, que solo aparece en una noche concreta, el Apalpador lo hacía hasta en dos ocasiones. Las noches del 24 y 31 de diciembre bajaba hasta las casas de los niños que vivían en las zonas rurales de Galicia. Entonces se acercaba a ellos y les tocaba la barriga para ver si estaban bien alimentados. Para desearles un buen año y suerte en las cosechas les dejaba un gran puñado de castañas y algunos regalos. Al irse pronunciaba la frase: “Así, así esteas todo o ano”, que en castellano quiere decir “así sea todo el año”.
La castaña, un alimento muy importante en las zonas rurales gallegas
Tras conocer la historia a muchos les surge la misma pregunta: por qué castañas en concreto. Es una cuestión con unas respuesta muy sencilla. Antiguamente las necesidades alimenticias de las zonas rurales gallegas eran difíciles de cubrir. Por eso, la gente que residía por esos parajes utilizaba las castañas para suplir la falta de ciertas comidas puesto que aportan muchas calorías. Es un alimento que está presente en Galicia desde la época del Imperio Romano. Su importancia es tal que, en algunas zonas de Galicia, a la patata se le conoce como 'castaña da terra'.
Como suele sucedes con las leyendas populares, a medida que pasaba el tiempo se iba olvidando. No obstante, a mediados del siglo XX comenzó a recuperarse. Concretamente gracias a un estudio publicado en 1965 por Xesús Taboada Chivite llamado 'La Navidad gallega y su ritualidad'. Pero no sería hasta 2006, con el texto 'O Apalpador: personagem mítico do natal galego a resgato' escrito por José André Lôpez Gonçâlez y publicado en el Portal Galego da Língua cuando esta tradición se acabaría por recuperar en la era moderna.
En la actualidad, el Apalpador forma parte de las Navidades gallegas, y en las grandes ciudades aparece para recoger las cartas de los niños. En Santiago de Compostela se produce la Ruada do Apalpador, que este año será el 19 de diciembre. Además, hará su aparición en diversos centros socioculturales de la capital gallega. Por su fuera poco, en Lugo se añade otro personaje: la Apalpadora. Esta chica es la hija del Apalpador, que baja de las montañas para contar historias y dejar regalos. En cada castaña que reparte el Apalpador late el corazón de Galicia y el deseo de un año próspero para todos.


