Después de siglos cargando sacos llenos de regalos, soportando el frío del Ártico y escuchando listas interminables de deseos, es normal que Papá Noel esté algo agotado. Su hogar en Rovaniemi, en Finlandia, reflejaba esa calma navideña perfecta, pero ahora, con el aluvión de turistas, su rutina parece estar más agitada que nunca. El pueblo que antaño era el refugio tranquilo del espíritu navideño, hoy está al borde de perder su esencia.
Rovaniemi, conocida como la residencia oficial de Papá Noel, ha visto su popularidad disparada en los últimos años. En 2023, recibió a más de 1,2 millones de visitantes, un 30 % más que el año anterior. Nadie, sobre todo las familias con niños pequeños, quiere perder la oportunidad de conocer a Papá Noel. Y eso tiene un coste.
Lo que para las empresas turísticas es un sueño hecho realidad, para los residentes locales comienza a ser un problema. Con nuevas rutas aéreas conectando la ciudad con destinos como Berlín o Ginebra, el pequeño enclave ártico se enfrenta a un flujo de turistas sin precedentes.
Masificado
Uno de los destinos más atractivos para el turista
Este boom ha traído consigo una transformación del paisaje urbano. Edificios originalmente destinados a residencias han sido convertidos en alojamientos para visitantes - con todo tipo de instalaciones y actividades invernales como discotecas heladas o karts sobre hielo -, desplazando a los habitantes de siempre y disparando los precios del alquiler.
Así, lo que antes era un lugar para vivir se está convirtiendo en un escenario temporal para el turismo. Los vecinos, preocupados, exigen que se refuercen las leyes que regulan el uso de los inmuebles, pero la presión del sector turístico no lo pone fácil.
Además, el cambio climático también tiene su cuora de protagonismo en esta historia. Este invierno, las temperaturas en Rovaniemi alcanzaron los 2 °C, dejando a la ciudad con lluvias en lugar de nieve y afectando actividades como los paseos en trineo. Empresas como TUI incluso tuvieron que cancelar excursiones por la falta de condiciones adecuadas, y otros operadores turísticos han comenzado a reevaluar sus planes en la zona.
En busca de soluciones
Rovaniemi ya no es lo que era
El fenómeno de la masificación turística no es nuevo en Europa, pero su impacto en Rovaniemi pone en jaque la sostenibilidad de uno de los destinos navideños más icónicos del mundo. Mientras tanto, los habitantes y activistas intentan encontrar un equilibrio que permita preservar la magia sin sacrificar su calidad de vida.
La cuestión sigue siendo si Rovaniemi podrá mantener su atractivo sin perder el alma que la convirtió en la ciudad de Papá Noel. Por ahora, el hombre de rojo sigue recibiendo visitas, aunque, quizá, con algo más de cansancio en la mirada.
