Hace tiempo que conozco a Enric Borràs. Hemos hablado de muchas cosas, pero, de repente, el otro día me entero de que vive con su pareja y dos gatos.
Es de Vilanova i la Geltrú y le apasiona el universo audiovisual: “Llevo desde los 16 años trabajando en comunicación corporativa. Soy el director de mi propia productora, Pixel Estudis (Instagram: @pixelestudis). No paramos; viajamos mucho porque tenemos clientes en toda España y en varios países europeos.”

Enric vive con Dao y Lluna
Me confiesa que siempre fue más de perros, pero que, por razones logísticas, cuando se fue a vivir con su pareja, decidieron adoptar un gato. “Lo hicimos con la idea de que los gatos son independientes, como todo el mundo dice. Pero nunca fue realmente así. Adoptamos a Dao con solo tres meses, lo hemos criado desde pequeño y generado un gran vínculo con él. Mucha gente nos dice que parece un perro por su comportamiento. Incluso hemos logrado que se siente en el suelo como lo hace un perro.”
Cuando se mudaron a un piso más grande, decidieron tener otro gato para que se hicieran compañía. “Nos enamoramos de una gatita a través de unas fotos. Nos explicaron que tenía un miedo tremendo a los humanos por los traumas que había sufrido. Estaba tan aterrorizada que, el día que la llevamos a casa, se hizo caca encima.”
Su gatita asustada, ahora no tanto, se llama Lluna. No fue fácil para Enric ganarse su confianza: “Al principio estaba sola en una habitación, y yo entraba de puntillas. Lluna me miraba aterrada desde una esquina, supermiedosa. Poco a poco entendió que éramos amigos y, al poco tiempo, ya dormía con nosotros y nos pedía caricias. Aún teme a los desconocidos y se estresa enseguida. Es como si tuviera una alarma activada de manera permanente.”

Dao y Lluna no se separan de Enric
Parece que los dos gatos se llevan muy bien. Dao es más autoritario y seguro de sí mismo. “Se acicalan mutuamente, se cuidan y se miman con una delicadeza extrema.”
A veces, cuando Enric llega a casa, los gatos parecen desaparecer. “Cuando vuelves del trabajo, muchas veces no los ves. Se han escondido en algún lugar, como dentro de un armario.”
Adoptamos un gato con la idea de que eran independientes, pero nunca fue realmente así
Le encanta observarlos, casi 24 horas sin parar, tratando de descubrir sus secretos mejor guardados. “Casi todos los días se despiertan en nuestra cama. Yo me levanto a las 7, pero ellos siguen ahí hasta las 10 o las 11. Apenas usan sus camitas. Se meten en nuestra cama, sobre mi almohada, porque consideran que también es suya. En realidad, ellos me permiten dormir a su lado. Cada noche me recuerdan que mi cama es su cama. El mundo al revés.”

Enric y sus gatos forman una familia
Me cuenta que son muy nocturnos: “Hacen de todo por la noche. He comprobado que pueden dormir hasta 16 horas al día. Una noche observé a Dao recorriendo todas las habitaciones de la casa sin parar. Duermen mucho y les encanta la siesta. Intento que no duerman tanto de día, porque luego por la noche están activos y no me dejan descansar. A menudo, de madrugada, desde la otra punta del piso, hacen ruiditos para llamarme. Me obligan a levantarme, cogerlos en brazos y ponerlos en la cama hasta que entienden que es hora de dormir. Son como bebés.”
Nos enamoramos de una gatita y nos explicaron que tenía un miedo tremendo a los humanos. Estaba tan aterrorizada que, el día que la llevamos a casa, se hizo caca encima
Finalmente, me revela algo que no sabía: “Se esconden por la casa constantemente. Cuando nos mudamos, no encontrábamos a Dao. Resultó que estaba escondido detrás de la nevera. Son animales de costumbres y necesitan tenerlo todo controlado. Si mueves muebles, lo pasan mal y se esconden. Cualquier cambio es una amenaza para ellos. Pueden estar dos o tres días ocultos. Es puro instinto de supervivencia: necesitan un hogar estable y constante.”