La antrozoologa Paula Calvo ha querido aborar un tema que suele generar debate entre los amantes de los felinos e incluso, para muchos es una creencia a ciencia cierta, pero... ¿realmente los gatos odian el agua?
En su post, la especialista explicó que este pensamiento común no está del todo fundamentada, y que la ciencia ofrece una perspectiva distinta.
“Muchos dicen que los gatos odian el agua, pero... ¿es esto realmente cierto? Vamos a desmentir el mito y ver qué dicen los estudios científicos al respecto”, escribió.
Para ella no se trata de un miedo innato, sino de una falta de costumbre. El pelaje de los gatos no está diseñado para mojarse, lo que les genera incomodidad, y además, son animales especialmente sensibles a los cambios en su entorno.
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Los gatos no son realmente miedosos del agua, sino que no están acostumbrados a ella”, señaló. Sí que es cierto que la natural del propio animal es evitar el agua por instinto de protección.
Un estudio de la Universidad de Cornell respalda esta teoría, destacando que el agua puede afectar su temperatura corporal y resultarles desagradable si no han tenido experiencias positivas previas.

Si un gato ha tenido malas experiencias con el agua es probable que desarrolle una aversión duradera
La doctora ofreció una serie de consejos prácticos para quienes deseen familiarizar a su gato con el agua. Recomendó un enfoque gradual, premiando al animal con caricias o golosinas, y comenzando con pequeñas cantidades de agua para evitar que se sienta abrumado.
“No es que los gatos tengan miedo al agua, sino que son animales conservadores que prefieren evitar lo que les resulta desagradable”, concluyó.