Es explosiva, energética, apasionada y está segurísima de sí misma como profesional experta en el universo gatuno. Marieta Jiménez es una menorquina que vive en Sant Cugat del Vallès. “Me defino como experta en gatos, etóloga biosemiótica, naturópata animal, especializada en medicina felina, medicina integrativa y nutrición”.
No os perdáis su efervescente perfil de Instagram, que vive en un estado de permanente ebullición, con más de 50 mil seguidores-fans: @felicidadfelina.
Marieta vive con tres gatos
Lo cierto es que, si prestáis atención, veréis enseguida que acumula un montón de reseñas súper elogiosas. Sus clientes están encantados con sus servicios de experta, porque ella llega donde los demás han fracasado. Todos la adoran. ¡Se hace querer! “Mi trabajo consiste en una observación y una investigación lo más profunda posible de cada universo felino, porque no hay gato sin su contexto concreto. Cada vez soy más y más crítica con cierta etología imperante. Te aseguro que esas malas prácticas están generando muy pocas soluciones y, por el contrario, mucho dolor y problemas”.
El gato y el humano necesitan armonizar sus energías, casi respirar y sentir al unísono
Parece imposible, una gran paradoja, pero resulta que Marieta es súper alérgica a los felinos. “Para mí siempre han sido un reto. Considero que los gatos son animales mal analizados. Son infinitos y altamente complejos. Una amiga con gato me abrió una puerta que desconocía… Ese gato se acercó a mí y, desde aquel momento, me conjuré conmigo misma: 'no soy alérgica, no soy alérgica’... Me lo repetía como si de un mantra espiritual se tratara. Y funcionó. Ese primer gato me eligió a mí. No fue casual, fue más bien causal”.
Por lo que parece, su alergia siempre había sido muy fuerte, hasta el punto de acabar en una ambulancia camino del hospital por falta de oxígeno. “Una vecina amiga tenía un gato. No me preguntes por qué, pero lo cierto es que llegué a sentir una gran conexión emocional con aquel felino, una comunicación profunda. Ese gato en concreto no me producía alergia. A raíz de aquel episodio, llegué a pensar que ya me había curado. Me obsesioné y en poco tiempo tuve a mi primer gato. Lo llamé Idò (expresión genuinamente menorquina) y acabó siendo para mí. Ahora ya tiene tres años”.
Considero que los gatos son infinitos y altamente complejos. Son un misterio, y así hay que aceptarlos
Marieta me cuenta que en casa convive con otros dos gatos más. “Tengo otro que se llama Navi. Y la tercera es Nina, que tiene 9 años y es la gata que trajo mi pareja. Yo vivo con mi pareja y tres gatos… No, perdona… En realidad, vivo con tres gatos y mi pareja”.
La ‘cat whisperer’ que desafió su alergia para entenderlos mejor
Se gana la vida como experta en gatos, aplicando sus completísimas metodologías propias.
“Mi metodología es un taburete de cuatro patas:
1 - La psicoterapia Gestalt, para fortalecer el vínculo humano-gato.
2 - La medicina integrativa (homeopatía, fitoterapia, flores de Bach…).
3 - La etología biosemiótica.
4 - El enriquecimiento ambiental consciente”.
Su pasión es contagiosa, infinita.
“A mis clientes les ofrezco todo un enorme despliegue de metodologías combinadas. Es una lástima comprobar que los gatos actualmente están enfermando en masa. La etología gatuna actual falla por todas partes, porque se fundamenta en experiencias de laboratorio o en condiciones salvajes. Pero claro, resulta que los gatos de hoy llevan ya más de 70 años conviviendo con los humanos en ciudades, en pisos, y esa es otra realidad concreta muy diferenciada. La etología felina clásica ya no funciona, ya no explica el comportamiento de nuestros gatos urbanos”.
Ella trabaja con gatos “indoor”, de puertas para adentro, con los caseros, y observa cómo día a día se están enfermando de manera alarmante. “Se enferman por una mala alimentación y porque orgánicamente no pueden desarrollarse como necesitan en un piso urbano. Emocionalmente, viven con un humano que no les cae bien y se sienten atrapados porque no pueden huir. Eso genera múltiples enfermedades. También conviven con otros gatos que no han elegido. Son ellos los que tienen que elegir, eso es lo natural. Los gatos generan con los humanos ‘acuerdos de almas’. Suena místico, pero es muy real. El gato y el humano necesitan armonizar sus energías, casi respirar y sentir al unísono”.
Marieta, una experta que escucha con el corazón… y con el alma felina
Me regala, a modo de epílogo, tres grandes lecciones que ha aprendido de los gatos y que aplica en su día a día como humana:
1. Tienen un mundo propio infinito.
Siempre son absolutamente imprevisibles y sorprendentes, por su gran complejidad y variedad.
Son un misterio. Hay que aceptarlos así.
2. No se desconectan nunca de su instinto, aunque vivan en un piso en la ciudad.
Su esencia es invariable.
3. El vínculo humano y ambiental les impacta de manera brutal.
Todo el entorno les influye de forma tremenda y moldea su comportamiento.
No hay gato sin contexto.


