Me presentan a Fran Cortés y, así, de buenas a primeras, me cae genial. Es un tipo luminoso, jovial, risueño y mega generoso con su tiempo. Dedica una porción enorme de sus días a generar vídeos fantásticos para contar historias de perros, con el objetivo de que la gente empatice con ellos y quiera llevárselos a casa. Vive en Mijas (Málaga), tiene 36 años y trabaja en una tienda de alimentación y cuidados para animales.
“En redes sociales descubrí que una simple foto no transmite lo suficiente. Una foto no permite expresar la intensidad de una historia ser humano-perro. Fue precisamente por eso por lo que empecé a publicar vídeos y más vídeos, explicando historias de perros que necesitan cuidados y acogida. A través de un buen vídeo captas la atención de la gente”.

Cambia la vida de los perros… y también la de quienes los adoptan
No os perdáis su perfil de Instagram: @chuchosselectos.
Ya lleva la friolera de 177.000 seguidores. “Cada vídeo es un universo único. Me dedico a presentar a cada perro para que las personas los conozcan lo mejor posible, bien de cerca, casi en la intimidad. Mi labor es visibilizar animales para que los adopten las personas”.
Para que lo pueda entender bien, me pone un ejemplo ilustrativo: “Te pongo un ejemplo de uno de mis vídeos. Aparezco en la imagen con el responsable de una protectora de animales y un perro. Entre nosotros dos se genera una conversación empática explicando la historia, las anécdotas y lo que le ocurre al perro que estamos viendo. Bobby es un border collie que apareció en la calle, lo llevaron a una protectora… Describo cómo es, explico que tiene tal enfermedad, e interactúo y juego con el perro protagonista de cada vídeo, manteniendo la atención de quienes miran mi perfil de Instagram”.
Me explica algo que me parece genial… “Todos sabemos que la palabra chucho es negativa y despectiva. Pero para mí, cada chucho es único en el mundo, cada uno es un ser viviente y sintiente irrepetible. Por eso los llamo exclusivos, para dignificarlos y darles la categoría que merecen. Todo aquello que la gente desprecia cuando dice chucho, para mí es un verdadero tesoro”.

El videoinfluencer perruno que transforma la empatía en adopciones reales
Desde que era un niño, Fran siempre ha tenido un vínculo especial con los animales. “Empecé en YouTube publicando vídeos con historias de perros que necesitan ser adoptados. Cada nuevo vídeo que funciona, que genera una adopción, a mí me produce una gran fuerza interior. Quiero dejar el mundo mejor de como me lo he encontrado. Además, acabo de ser padre y tengo una niña. Quiero predicar con el ejemplo. No hace falta hablar y hablar… Que ella vea cuáles son las cosas por las que hay que apostar en la vida. Que entienda que un animal necesita tantos cuidados y ternura como cualquier persona. Por lo tanto, hago todo esto para mí, porque le da sentido a mi vida, a mi día a día… Y también lo hago por mi hija, que será mi continuidad”.
En casa tenía dos perros y han fallecido. “En un año han fallecido los dos, de ancianos, con 14 y 16 años. Eran dos podencas, Rumba y Conga. Empecé a grabarlas en vídeo hace ya 6 años. Una Nochebuena, Rumba desapareció en medio de la montaña. Estaba todo oscuro, era de noche y hacía mucho frío. Nos pasamos horas esperando a que mi perra apareciera. Y resultó que Rumba apareció justo antes de empezar la cena. Y pudimos comernos las uvas con ella en la mesa, a nuestro lado, toda la familia al completo”.

Fran habla por quienes no tienen voz, y lo hace con el corazón en la cámara
Ya ha publicado más de 1.500 vídeos en sus redes sociales. “Cada perro es el protagonista absoluto de mis vídeos. Dejo que cada animal ‘mande’, es decir, que sean ellos los que me dan más juego o menos juego. Respeto sus diversas personalidades. Jamás fuerzo ninguna situación cuando estoy presentando a un perro frente a la cámara. Cada animal me da sus propias reglas de juego y yo me limito a jugarlas de la mejor manera posible, para que quienes nos ven en redes se enamoren y empaticen con cada animal y los quieran tener en su hogar”.
Comparte conmigo una historia súper triste… “Yo lo llamo sustitución emocional… Una familia tiene un perrito cachorro, un bebé perro. Cuando de repente en esa familia entra un bebé humano, no entiendo muy bien por qué, ese núcleo familiar decide expulsar de su hogar al bebé perro… Como si no pudieran coexistir los dos bebés, humano y animal.
No entiendo por qué se repite tan a menudo esa maldita situación: cuando en un hogar llega un bebé humano, de repente echan a la calle al bebé animal que la familia tanto adoraba. Es una historia que me entristece muchísimo y que, desafortunadamente, se repite demasiado a menudo”.