Es una mujer apasionada, vibrante, emotiva, culta, viajada y empática. Nació en Inglaterra, aunque nunca vivió allí. De padres irlandeses, creció en Canadá, en la parte francófona (Montreal). Ha vivido en Francia, en los Emiratos Árabes y en Suiza, pero lleva ya 33 años en España.
“Que quede bien claro: nací en Inglaterra, pero estoy en contra del Brexit, porque la unión hace la fuerza. Tengo tres nacionalidades: la española, la canadiense y la británica”.
Solo lograremos un mundo en paz a través de una educación muy concreta
Fue profesora de párvulos, pero un buen día lo dejó todo para dedicarse a SOS Galgos (desde 2007). No os perdáis todo lo que publican a diario en su perfil de Instagram y en su web: @sosgalgos / www.sosgalgos.org
“Fui profesora de educación infantil en colegios ingleses de Barcelona. Siempre me ha apasionado transmitir valores constructivos y positivos a los niños. Tengo clarísimo que solo podremos lograr un mundo en paz, y con el máximo respeto entre todos, a través de una educación muy concreta”.

La voz que defiende a los galgos: una vida dedicada a salvarlos del abandono y el maltrato
Crea recursos educativos para niños con el objetivo de generar en ellos, desde edades tempranas, la conciencia animalista: esa sensibilidad y armonía entre animales y seres humanos que debería ser nuestro pan de cada día. “Trato de fomentar la compasión y la empatía en los más pequeños. Desde que abren los ojos y descubren la vida en el planeta. Desde el minuto cero. Cuanto antes, mejor. No usamos libros para sensibilizar a los niños más pequeños —todavía no saben leer—. Utilizamos juegos de rol, hacemos teatro, generamos representaciones que, simbólicamente, les hablan de casos reales y concretos de lo que sucede en el mundo cotidiano”.
Comparte algunos de sus recursos pedagógicos preferidos: juegos de rol.
“Son ejercicios que compartimos de forma interactiva, divertida, participativa, emocionante… No es aquello de ‘niño, siéntate y escucha’”.
3 juegos de rol para sensibilizar a los más pequeños en el respeto y amor hacia los animales:
Juego 1
“Con herramientas de teatro y en un escenario, un niño ‘adopta’ a un galgo de verdad —porque tenemos un refugio de galgos, un refugio-escuela con dos aulas, y vienen niños de diversas edades en autocares como actividad escolar, estamos en Santa Coloma de Cervelló—. En esta representación simbólica, el niño lleva al galgo al veterinario (tenemos un veterinario real, con bata y fonendoscopio), le ‘pone’ la vacuna, le ‘saca’ sangre, lo ausculta (todo simbólicamente, claro). Luego, el niño pasea con el perro y recoge una caca (de plástico). En silencio y con respeto, se encuentran con un ciudadano que ve al perro suelto (porque el niño ha soltado la correa). Este ciudadano lleva al perro a la policía (otro niño disfrazado de agente). Este juego dura unos 15 minutos. Es un teatro simbólico extremadamente útil para que los niños vivan en armonía con el mundo que les rodea. Al finalizar, compartimos un aplauso respetuoso y reflexivo. Luego, analizamos cada situación y los niños hacen sus observaciones. Pedagogía proactiva”.
Los galgos son la raza autóctona española más maltratada y menos protegida
Juego 2
“Creamos marionetas que se adaptan a los dedos. Son figuritas simpáticas de personajes. Yo empiezo: me pongo dos marionetas de galgos en los dedos y genero un diálogo entre ellos:
—¿Y tú cómo llegaste hasta aquí? ¿Siempre tienes comida y agua? ¿Eres feliz?
—Pues tenía frío, hambre, y estaba triste y desorientado… pero luego encontré el amor de una persona y todo cambió.
Después, les damos a los niños sus propias marionetas y ellos representan a los galgos, generando sus propios diálogos. Se producen momentos realmente increíbles. Es fascinante motivar e incentivar la imaginación infantil”.

Mucho más que rescatar perros: formar a los niños en respeto, empatía y responsabilidad
Juego 3
“Este ejercicio va más allá de los galgos: buscamos que los niños tomen conciencia de todas las especies que conviven con nosotros. Imagina un cuento donde se destacan en negrita los sonidos de cada ser vivo. Los niños se organizan en grupos: uno son patos, otro guardias forestales, otro una familia humana, y todos con sus herramientas. La historia es que la familia hace un picnic y deja todo lleno de basura: bolsas, botellas… Las ranas y patos del lago (representado por un hilo azul) mueren intoxicados. Los guardias forestales rescatan a los animales y los llevan al hospital veterinario. Mientras tanto, yo observo a cada niño: deben hacer los sonidos correspondientes (de rana, de pato…). El mensaje es claro: todos debemos cuidar del medio ambiente, como si fuera nuestra propia casa”.
En su refugio-escuela SOS Galgos, en Santa Coloma de Cervelló, reciben unos 50 niños por sesión. “En el refugio tenemos alrededor de 50 galgos. Contamos con 5 empleados y más de 60 voluntarios. Logramos unas 30 adopciones al mes. Muchos galgos son adoptados en Estados Unidos. Para que te hagas una idea: de los 200 galgos que rescatamos cada año, un 30% van a EE.UU. (Miami, Chicago y San Francisco)”.
Me cuenta que los galgos son la raza autóctona española más maltratada. “Y la menos protegida. Los utilizan para la caza de la liebre y, cuando ya no les sirven, se deshacen de ellos con total impunidad. A veces los tiran a pozos sin cubrir (hay muchos en pueblos españoles…). En España hay millones de cazadores y, entre ellos, unos 12.000 galgueros. A veces, cada uno tiene hasta 20 galgos. Cuando termina la temporada de caza en febrero, les resulta más cómodo deshacerse de ellos que cuidarlos hasta la siguiente”.
También hablamos de dinero… y me impresiona: ¡el precio de la solidaridad!

Una vida dedicada a rescatar galgos y educar en la compasión desde la infancia
“Económicamente es brutal. Gastamos miles de euros cada mes: en residencias caninas, transportes nacionales e internacionales, comida, higiene, veterinarios, sueldos, seguridad… Cada año necesitamos 250.000 euros para cubrir todos los gastos de SOS Galgos. Nuestros patrocinadores son The D Foundation, Greyhounds in Need UK y SPCA International. También aportan socios, donantes y teamers”.
Desde que un niño abre los ojos debe aprender a convivir en armonía con los animales
Lo más impresionante es que todo esto lo consigue ella, en primera persona. “Cada día me levanto con fuerzas renovadas, pasión y energía para seguir adelante. Siempre doy gracias por haberme convertido en una ciudadana del mundo. Mi trabajo consiste en generar conciencia y empatía entre humanos y galgos”.