El veterinario Alfredo Molina ha lanzado una advertencia a los dueños de perros braquicéfalos, aquellos con la cara plana, como los bulldogs franceses o los pugs, sobre los riesgos de salud que conlleva su apariencia estética. En un video compartido recientemente, Molina explica que el ronquido en estos perros no es algo normal ni adorable, sino un signo de sufrimiento.
La gente no es consciente de lo que comporta
Los perros con la cara plana necesitan una atención especial
“No, no es adorable ni es normal. Es sufrimiento diario”, asegura Alfredo Molina. Según el veterinario, los perros con este tipo de características físicas suelen tener dificultades para respirar debido a sus vías respiratorias comprimidas. ”¿Tu perro ronca, le cuesta respirar, no aguanta el calor y jadea incluso estando quieto?”, pregunta en el video, y explica que estos síntomas no deben ser ignorados, ya que son indicativos de un problema de salud serio.
El veterinario enfatiza que la moda de criar perros con el rostro más chato ha llevado a muchos animales a sufrir graves problemas respiratorios. “Tú puedes pensar, es normal, es de su raza. Pero no, te aseguro que no es normal. Y tampoco es adorable. Es sufrimiento cada día. Es falta de oxígeno. Es vivir con la garganta colapsada, y el paladar elongado”, señala Molina, quien advierte que este sufrimiento es consecuencia directa de una estética impuesta. “Todo por una estética, por una moda, por conseguir a los perros con la cara más chata, aunque eso signifique sufrimiento y acortarles la vida”, subraya.
Alfredo Molina pide a los dueños de perros braquicéfalos que sean conscientes de la responsabilidad que conlleva tener estos animales. “Por favor, te pido que si vas a tener un perro braquicéfalo, lo hagas con todo el conocimiento, con el asesoramiento y seguimiento veterinario”, aconseja el especialista, quien recalca la importancia de un cuidado adecuado y constante para evitar complicaciones de salud.
Finalmente, el veterinario recuerda que los ronquidos de estos perros no son una broma ni algo gracioso. “No es gracioso que ronque. Es una alerta que llevamos demasiado tiempo ignorando”, concluye Molina, haciendo un llamado a la reflexión sobre el bienestar de estos animales y su calidad de vida