Un guacamayo perdido aparece en un jardín y acaba volviendo con su familia gracias a la ayuda de unos vecinos: “Vio a vuestras gallinas y pensó 'mamá dijo que si me perdía buscara otra mamá”

Reencuentro

La tensión se rebajó cuando una persona con experiencia en aves comentó que los movimientos de cabeza del guacamayo eran una señal de interés

Enseña cómo su loro le explica que le da miedo la noche y la gente alucina: “Se comunica mejor que yo”

El desconcierto de una familia en su propio jardín terminó convirtiéndose en una historia de reencuentro

El desconcierto de una familia en su propio jardín terminó convirtiéndose en una historia de reencuentro

Unos carteles pegados en diferentes calles se convirtieron en la pista que permitió resolver una búsqueda que llevaba días en marcha. En ellos aparecía la foto de un guacamayo azul y el número de teléfono de la familia que lo había perdido, sin imaginar que gracias a esa iniciativa terminarían recibiendo la llamada que esperaban.

La historia empezó lejos de los postes donde colgaron los anuncios, en el jardín de otra casa, cuando el ave decidió posarse en un lugar que resultó ser decisivo para volver a su hogar.

Amigable

El pájaro se dejó cuidar y aceptó comida sin mostrar resistencia

El 15 de agosto, un guacamayo azul apareció en el patio de una familia que se quedó sorprendida al verlo descansar sobre sus muebles de exterior. Ante la situación, contactaron con su hija, que acudió al momento para comprobarlo por sí misma.

El pájaro se dejó acercar y aceptó agua y frutos secos, lo que permitió mantenerlo tranquilo durante varias horas. La visita de este animal exótico generó nervios y cierta expectación entre todos los presentes, que lo observaron con atención mientras decidían cómo actuar.

Una persona que tenía experiencia con loros explicó que los movimientos de cabeza del guacamayo eran una señal de interés hacia la gente que lo rodeaba. Sus palabras ayudaron a la familia a comprender mejor la reacción del ave, que parecía sentirse cómoda en ese entorno. Con la situación algo más calmada, surgió la gran pregunta: de dónde había salido aquel pájaro y cómo podían ayudarle a volver a su casa.

Un internauta lanzó una teoría curiosa al sugerir que el guacamayo se había sentido atraído por las gallinas que vivían en la propiedad. Según su comentario, el ave habría interpretado que si allí había otros animales parecidos, ese debía de ser un lugar seguro en el que quedarse. La idea, aunque expresada en tono de broma, encajaba con la impresión general de que el pájaro había buscado refugio de forma consciente.

La familia no se limitó a esperar y decidió coger el coche para recorrer la zona, con la esperanza de encontrar alguna pista. Esa iniciativa, unida a los carteles que sus dueños habían repartido, terminó funcionando. Cuando vieron que alguien lo buscaba decidieron llamar y comunicar que lo tenían ellos. Se llamaba Blue y, según la madre de la familia, su legítimo dueño estaba realmente feliz por haber recibido la noticia.

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Tras varios días lejos de casa, el guacamayo pudo reencontrarse con quienes lo buscaban, cerrando así una aventura que empezó con sorpresa y terminó con alivio.

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