Cuando pasamos mucho tiempo con nuestras mascotas, estas acaban acostumbrándose a nuestra compañía, llegando a desarrollar ansiedad por separación. Este trastorno conductual provoca estrés y angustia cuando los peludos se quedan solos.
Los síntomas de la ansiedad por separación incluyen ladridos excesivos, destrozos en casa, y problemas físicos como vómitos o diarrea. Puede deberse a factores como una falta de socialización, cambios en la rutina o experiencias traumáticas previas, y muchas veces se gesta en la forma en que se construye el vínculo con su tutor.
Según el estudio publicado en Animals (Riggio et al., 2021) que analizó el estilo de apego en perros, encontró que aquellos con un vínculo seguro buscaban contacto, consuelo y mostraban más calma en situaciones de separación.
Sin embargo, los perros con apego inseguro eran más propensos a mostrar malestar, estrés y conductas asociadas a la ansiedad por separación. Este resultado nos confirma algo: “el vínculo no es un “extra bonito”, es la primera herramienta de prevención de problemas de conducta” asegura Paula Calvo, experta en antrozoología.
Paula Calvo
“El vínculo no es un extra bonito, es la primera herramienta de prevención de problemas de conducta”
Finalmente, Calvo asegura que el juego compartido, la coherencia y la presencia diaria son ingredientes que construyen seguridad emocional. “Y la seguridad es la mejor vacuna contra el miedo y la ansiedad” sentencia la experta.