Cada persona tiene que tomar la decisión de a qué va a dedicarse durante su vida laboral. Normalmente eso se hace entre el final de la infancia y la adolescencia, conforme vamos avanzando en el sistema educativo.
Sin embargo, hay muchas profesiones que se eligen por vocación. Eso significa que la retribución económica no será demasiado alta, y que por lo tanto habrá que renunciar a ciertas cosas para dedicarnos a lo que realmente nos gusta.
Veterinaria, un trabajo que se lleva mal con la conciliación
A eso se le añade la dificultad de conciliar la vida laboral con la familiar. La veterinaria Neus Candela es una de las que más ha denunciado las condiciones precarias a las que se enfrentan sus compañeros de profesión.
“La profesión veterinaria es cruel con las madres. Guardias nocturnas, fines de semana trabajando y todo por un sueldo que no compensa el sacrificio personal. Estudiaste veterinaria para ayudar a los animales, pero sientes que estás fallando como madre”, afirma la experta en nutrición animal.
También aprovecha para contar cómo ha cambiado radicalmente su vida dedicándose a la nutrición: “La nutrición me permitió reorganizar completamente mi vida, trabajo desde casa, no tengo guardias y mis horarios son míos”. Para finalizar, manda un mensaje de optimismo a las madres veterinarias: “No tienes que elegir entre ser buena veterinaria y buena madre, puedes ser ambas con las herramientas correctas”.
