Acompañar a tu gato mientras come puede parecer una muestra de cariño, pero si el animal está sano, sin dificultades para masticar o tragar y no se encuentra convaleciente, esa costumbre puede convertirse en un problema. Así lo explica la veterinaria Pilar Guerrero, conocida en redes como @vetfelina_, donde comparte consejos para más de 165.000 seguidores.
“Un gato que no tiene ningún tipo de problema físico no necesita en absoluto que nadie le acompañe mientras come”, afirma con rotundidad. “No acostumbres a tu gato sano a nada que no sea viable sostener en el tiempo”, advierte, haciendo referencia a aquellas rutinas humanas que acaban generando dependencia emocional en los gatos.
¿Y si un día no estás?
Una conducta aprendida, no una necesidad real
Guerrero comparte el caso de María, una de las participantes en su programa “Tutor Felino”, preocupada porque su gata maullaba insistentemente para que la acompañaran hasta su cuenco y no comía si no estaban presentes. La veterinaria explica que esa conducta se originó tras dos mudanzas seguidas. En el proceso de adaptación a su nuevo hogar, la gata no se sentía segura, y comenzó a pedir esa presencia como una forma de consuelo.
“El problema aparece cuando reforzamos esa conducta. Si hoy la acompañamos, mañana lo volverá a pedir, incluso cuando ya no exista ese malestar inicial”, subraya Guerrero. Y lanza una pregunta clave: “¿Crees que cuando la gata se sienta cómoda al 100% dejará de pedir compañía para comer? Por supuesto que no. Ya se ha convertido en un hábito”.
La veterinaria insiste en que el verdadero peligro aparece cuando el gato deja de comer si no estamos cerca. “¿Qué pasa si nos vamos de vacaciones o simplemente pasamos el día fuera? Ahí tenemos un problema serio”, advierte. Y es que, sin querer, hemos condicionado a nuestro gato a comer solo bajo ciertas circunstancias que no siempre podremos garantizar.
La solución, en el caso de María, fue trabajar en hacer cambios en el ambiente para devolver a su gata la seguridad necesaria para comer sola. “Por suerte, el problema desapareció”, explica la experta. “Pero para que no vuelva, es importante seguir reforzando su autonomía emocional y construir un entorno que fomente su equilibrio”, añade.
La conclusión es clara. Si tu gato está sano, no necesita compañía para comer. Necesita sentirse seguro por sí mismo. Por eso, según la veterinaria, crear dependencia no es cariño, es perder la oportunidad de ayudarle a ser un animal emocionalmente estable y feliz.