La relación de confianza que un perro mantiene con su tutor es un factor esencial para que el animal aprenda sin miedo y de manera más rápida y estable, según explica Paula Calvo, reconocida experta en antrozoología y divulgadora con más de 150.000 seguidores en Instagram.
Calvo señala que, aunque un perro que no confía en su tutor puede aprender ciertas conductas, lo hará siempre desde el miedo y la dificultad. “Claro que puedes enseñarle una conducta, pero ese aprendizaje no se traduce en bienestar, sino en obediencia forzada”, advierte.
Un vínculo que transforma el aprendizaje
Una conexión que facilita la adquisición de nuevas habilidades
Un estudio publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science revela que los perros cuyos tutores son sensibles y coherentes durante las sesiones muestran menos signos de estrés y presentan más conductas positivas. Esto significa que aprenden más rápido y de forma más duradera.
Para mejorar este proceso, Paula Calvo recomienda un consejo práctico para aplicar en las sesiones de adiestramiento: antes de comenzar un nuevo ejercicio, el tutor debe “dedicar unos minutos a jugar o explorar junto a su perro”. Esta conexión previa ayuda a reducir el estrés del animal y facilita la adquisición de nuevas habilidades.
Además, la experta destaca que el bienestar emocional del perro repercute directamente en su capacidad de aprendizaje. Es decir, un perro que se siente seguro y apoyado no solo aprende mejor, sino que también disfruta más del proceso y fortalece su vínculo con el tutor.
La confianza, por lo tanto, es mucho más que un sentimiento. Se trata de una herramienta fundamental para construir un aprendizaje sólido y duradero, donde el bienestar del perro esté siempre en primer plano.