Una playa para perros, pero sin acceso al mar. Es el espacio que se acaba de inaugurar en Tarragona y la polémica está servida. La ubicación ha despertado las críticas de centenares de usuarios y tutores de mascotas, que han denunciado que la imposibilidad de refrescarse puede ser perjudicial para sus animales.
La primera playa para perros que tuvo Tarragona fue la playa del Miracle, que este año no se ha podido habilitar por obras de naturalización. En su lugar, el Ayuntamiento del municipio decidió acondicionar un espacio en la playa Llarga por segundo año consecutivo, aunque sin acceso directo al agua.
“Esto es un pipicán en la playa con una arena que arde donde los perros tendrán un golpe de calor si no tienen acceso al agua, y me parece vergonzoso que se nos venda como una playa de perros”, reprueba Anna en declaraciones a RAC1, cuyo perfil —@lekerandhealthy en Instagram—cuenta con más de 36.000 seguidores. Y muchos otros usuarios han lanzado sus quejas por las redes, viralizando el descontento.
La polémica también ha llegado al plano político, con Esquerra Republicana (ERC) de Tarragona sumándose a la causa. “Denunciamos la falta de cordura del gobierno de Rubén Viñuales a la hora de configurar la zona para perros en la playa Llarga, y lamentamos la falta de sentido del vallado, que no da al mar y las mascotas deben atravesar el espacio para bañistas”, ha sentenciado el grupo municipal en X.
El espacio se ha abierto este mes de julio, aunque los perros tienen prohibida la entrada a la playa desde el pasado mes de abril, una planificación que ERC también ha lamentado. “Es necesario adecuar el calendario y trabajar con antelación para que todo esté habilitado antes de julio, no se puede improvisar a última hora”, ha apuntado el conseller Carles Farré. El coste de habilitar esta zona asciende a los 40.000 euros.

