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“Si acoges un animal durante las lluvias o el temporal, crea un espacio tranquilo, con comida, agua y sin amenazas”: frente al tiempo, un gesto sencillo marca la diferencia entre la desprotección y la supervivencia

Temporal

Entre otros aspectos, la veterinaria Lucía Santo Tomás recalca la importancia de estar atentos a cualquier signo de malestar como tos, estornudos, secreción nasal o dificultad para respirar

Lucía Santo Tomás, veterinaria

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Las lluvias torrenciales de los últimos días, provocadas por la DANA Alice, han dejado a su paso inundaciones, carreteras cortadas y clases suspendidas en varias comarcas del sur de Tarragona y la Comunidad Valenciana. En lugares como Gandía se han registrado más de 100 litros por metro cuadrado en apenas una hora, una situación que ha puesto a prueba no solo a las familias, sino también a los animales que viven en la calle o en condiciones vulnerables.

Lucía Santo Tomás, veterinaria experta en el cuidado de animales, conoce lo que implica esta situación. La llegada de las lluvias trae consigo un escenario dramático para aquellos que no tienen un techo bajo el cual resguardarse. Para ella, esta es una lucha constante por prevenir el sufrimiento de los animales en épocas de clima severo.

Asegúrate de que el refugio sea de materiales impermeables y resistentes al agua para evitar las posibles filtraciones y la humedad

Lucía Santo TomásVeterinaria

Lluvia mascotas

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“El refugio es lo primero que debe ofrecerse a un animal cuando el clima se vuelve amenazante”, explica Lucía Santo Tomás, veterinaria y colaboradora de Natura Diet. En el caso de los perros y gatos, estar en la calle con esos duros cambios del tiempo no es solo incómodo, es peligroso. La recomendación es clara: no dejar a los animales expuestos a la intemperie. Si es posible, el mejor lugar para ellos es un espacio cerrado y cálido, protegido de la lluvia y el viento. “Si el espacio protegido en el interior es limitado, prioriza a los animales con un sistema inmune más delicado (como gatos y perros mayores, gestantes, enfermos y crías) o con problemas articulares, ya que el frío y la humedad pueden afectarlos especialmente”, añade Lucía.

Cuando no es posible ofrecerles un refugio en el interior de la vivienda, se debe garantizar que el lugar en el exterior sea seguro y confortable. “Asegúrate de que el refugio sea de materiales impermeables y resistentes al agua para evitar las posibles filtraciones y la humedad, que agraven la sensación térmica de frío. Evita las cubiertas de madera o las lonas, que fácilmente se deterioran a la intemperie; tampoco es recomendable reutilizar antiguas estructuras y casetas deterioradas. Así mismo, es importante comprobar que la zona no esté en una caída natural de aguas. Lo ideal sería asegurarnos que la caseta o espacio protegido se encuentra en un lugar elevado para evitar filtraciones, y limpiarlo cada dos o tres días”.

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En cuanto a la alimentación, Lucía explica que el “clima frío y húmedo exige un mayor esfuerzo para mantener la temperatura corporal”, por lo que los animales necesitan más calorías de lo habitual. En estos casos, una dieta adecuada es esencial. “Prioriza alimentos equilibrados con un buen aporte de energía y nutrientes asimilables. Además, es importante retirar los restos de comida húmeda, ya que estos son más propensos a contaminarse con microorganismos. No dejes restos de comida en los comederos por mucho tiempo”, apunta. 

En cuanto al agua, no basta con ofrecerla, hay que asegurarse de que siempre tengan acceso a ella. “Usa recipientes pesados o anti-vuelco y colócalos bajo techo para evitar que el agua se ensucie y contamine. Procura ubicar los bebederos, a ser posible más de uno, fuera del refugio para evitar que, en caso de vuelco, se moje la superficie de descanso”. 

En lo referente a los problemas de salud, la veterinaria recalca la importancia de estar atentos a cualquier signo de malestar. Los síntomas como tos, estornudos, secreción nasal o dificultad para respirar son señales que no deben ignorarse. “Si un animal comienza a mostrar apatía, temblores o cojera, es hora de actuar”, advierte. “Mantén su pelaje lo más seco posible y sécalo adecuadamente si lo notas mojado o húmedo. Un buen cepillado rutinario siempre ayuda a eliminar pelo ya caído y a favorecer la circulación de la piel, que a su vez contribuye a la salud cutánea y capilar”. 

La humedad y el calor favorecen la presencia y proliferación de pulgas, garrapatas y mosquitos

Lucía Santo TomásVeterinaria

Por último, Lucía nos recuerda la presencia constante de parásitos en estas condiciones. “La humedad y el calor favorecen la presencia y proliferación de pulgas, garrapatas y mosquitos. Realiza un control continuo tanto del animal como de sus zonas de descanso y revisa con un veterinario el estado del animal para plantear un protocolo de desparasitación específico”.

Lluvia mascotas

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En definitiva, la veterinaria apunta a que, si encuentras un animal herido o con signos de enfermedad, “no lo mediques por tu cuenta. Cada especie y peso requiere medicamentos y dosis específicas; busca la ayuda de un profesional veterinario”. También es aconsejable notificar a protectoras locales o a servicios veterinarios municipales sobre animales en situación crítica o desatendidos. “Presta atención a aquellos que puedan estar en lugares de riesgo o que no parezcan tener un cobijo adecuado”.

“Alojar a un animal en casa, cuando no somos sus tutores legales y no están acostumbrados a nuestra presencia, puede ser una opción muy loable en épocas de lluvias y climatología extremas, pero debemos de ser cautos y estar preparados. Lo ideal sería que esta decisión se haya tomado de la mano de alguna protectora u organismo al que podamos recurrir en caso de alguna duda”, apunta la veterinaria.

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“Si se diera esa acogida temporal, es recomendable consultar con un veterinario la mejor manera de ayudar a ese animal, sin poner en riesgo al propio animal acogido, a uno mismo o a otros animales que puedan estar viviendo en nuestros hogares. Esto pasa por proporcionar un espacio muy tranquilo, sin ‘amenazas’, con comida, una temperatura adecuada y agua constante. También se puede ayudar a crear ese espacio en el exterior, si el animal no acepta el contacto humano. Cuando el riesgo climatológico haya pasado, puedes contactar con una protectora para iniciar el proceso de adopción o el retorno a su lugar de origen, siempre supervisado y validado por las autoridades competentes”, concluye la veterinaria.

Hay que entender que el clima no discrimina. No entiende de raza, ni de tamaño, ni de especie. Los animales, al igual que los seres humanos, se enfrentan a los mismos elementos. Pero la diferencia radica en la respuesta que les ofrecemos. Mientras muchos buscan un refugio para ellos, los animales, sin hogar, solo buscan algo que los proteja. La lucha no solo es contra el clima, sino también contra la indiferencia.