Josep, propietario de Lucky, el perro que robaron hace un año en Navata: “Creo que está muy bien enterrado para que no salga a la luz”

'No ho sé'

La investigación por el secuestro del animal está estancada, con tres sospechosos investigados

La angustiosa historia de Lucky: robo, amenazas y una familia que no se rinde

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Josep

El 11 de noviembre de 2024, un encapuchado se acercó a la valla de una casa de Navata, en el Alt Empordà, y se llevó en una furgoneta al perro de una familia, Lucky. Las imágenes del momento, captadas por la cámara de seguridad, se viralizaron rápidamente gracias a la difusión de los propietarios. Tras 12 meses y después de desentrañar quién y por qué se llevó al animal, los dueños temen que ya esté muerto.

“Creo que está muy bien enterrado, para que no salga a la luz”, lamenta Josep, uno de los dueños del perro, en una de las declaraciones aportadas por la periodista Anna Punsí en una nueva edición del Sumari obert del No ho sé de RAC1, dirigido por Anna Vallhonesta. En esta ocasión, explica los detalles de la investigación de esta trágica historia, todavía sin desenlace.

Creo que está muy bien enterrado, para que no salga a la luz

JosepPropietario de Lucky

Indica que el caso no se ha podido cerrar, a pesar de que hay varios sospechosos implicados, que además están relacionados entre ellos. De hecho, existen indicios muy reveladores que demostrarían que tuvieron al perro vivo en sus manos, pero las pruebas no son suficientes para dictar una sentencia contundente contra ellos. Además, están muy bien representados legalmente, señala Punsí.

Con todo esto, aunque Lucky era una mezcla de border collie (una raza muy valorada y traficada) y pastor alemán, la principal hipótesis es que no se trataría de un robo para quedarse con el animal, sino de una represalia de un vecino que habría encargado el secuestro. 

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Unos meses antes del robo, este hombre, policía local de Banyoles, fue a casa de Josep y su familia a quejarse de que Lucky ladraba mucho y su hijo de cuatro años no podía dormir: “A los pocos días ya me encontré bolsas de basura dentro del patio y, al día siguiente, me tiró unos botes de pintura”. Unos ataques que incluso los Mossos admitieron que debía de haber cometido él, aunque no tenían pruebas directas y él lo negó rotundamente: “Si tú tiras un bote de pintura, ves exactamente desde dónde lo tiras. Venía desde dentro de su casa, detrás del patio. Ya sabemos que es él al 100%”, apunta Josep.

Según los propietarios del perro, esta disputa habría motivado el secuestro. Aquí tendríamos al primero de los investigados. Los otros dos aparecen tras rastrear la matrícula de la furgoneta con la que se llevaron al animal. Era propiedad de un yesero de Cornellà de Terri, en el Pla de l’Estany, pero este explica que quien conduce el vehículo es un tal David, que trabaja en su empresa. Este sería el segundo implicado.

Le dije que quería quedar con él y que llevaba dinero. Si me devolvía el perro, le pagaba lo que pidiera y retiraba la denuncia

JosepPropietario de Lucky

Los Mossos d'Esquadra lo llamaron y ya lo notaron nervioso, pero se desvinculó por completo del incidente. Sin embargo, la policía examinó el vehículo y “encontraron el collar del perro”. Aun así, lo dejaron marchar “sabiendo que había estado dentro del coche”, expresa indignado el dueño. Durante ese tiempo, su desesperación llegó a tal punto que consiguió el número de David y lo llamó para ofrecerle un trato: “Le dije que quería quedar con él y que llevaba dinero. Si me devolvía el perro, le pagaba lo que pidiera y retiraba la denuncia”. El acusado no accedió y respondió: “Primero retira la denuncia y luego hablamos del perro”. De hecho, iban a encontrarse en Banyoles para hablar en persona, pero a medio camino David se echó atrás.

El tercer investigado es el suegro de David, un gruista de Banyoles que lo acompañó a declarar. Nuevas imágenes del día del robo demostraron que en la furgoneta había un segundo ocupante, más corpulento que el conductor, que podría ser este tercer implicado. Quien supuestamente bajó del vehículo para raptar al animal fue David.

Me llamaron de la comisaría de Figueres y me dijeron que el gruista de Banyoles le había asegurado que a la mañana siguiente llevaría al perro

JosepPropietario de Lucky

Lo más impactante de todo es que, poco después del robo, el gruista de Banyoles prometió al jefe de los Mossos de Figueres que en pocas horas devolverían al perro: “Me llamó Alfons [jefe de la comisaría de Figueres] y me dijo que el gruista de Banyoles le había asegurado que a la mañana siguiente llevaría al perro”, asegura Josep. Pero al día siguiente no hubo perro. En cualquier caso, este hombre sabía dónde estaba o tenía la capacidad de acceder al animal.

Conexión con una red de robos de perros

Por todo ello, la asociación animalista formada por juristas Lex Ànima presentó una denuncia del caso ante la Fiscalía un mes después del robo. Esto dio el impulso definitivo a la causa. Desde la entidad señalaron una avalancha de robos de border collies para cruzarlos con pitbulls en las comarcas de Girona. Son perros que se utilizan para las peleas caninas.

En este sentido, descubrieron que uno de esos perros robados en Caldes de Malavella, en la Selva, tenía como vecino a un sobrino del gruista de Banyoles. Así, una de las hipótesis de la asociación es que el gruista —que supuestamente tiene experiencia junto al sobrino en la búsqueda de animales de este tipo— podría haber colaborado en el secuestro. Por lo tanto, desde esta perspectiva, el robo sí podría tener relación con el tráfico de animales.

Caso encallado entre recursos

La jueza de Figueres que lleva la investigación pidió que entregaran al perro. Dio tres días a los investigados —el vecino policía local, el gruista y el presunto ladrón (David)— para entregar a Lucky. Pero esto no ha ocurrido. El caso sigue abierto. En febrero, los Mossos detuvieron al suegro del presunto ladrón, y el juez de guardia le impuso la obligación de ir a firmar cada día, medida que la Audiencia revocó posteriormente.

Ahora mismo continúan como investigados por hurto: el policía local de Banyoles, el gruista municipal y su yerno (David). Lex Ànima y la acusación particular también piden que sean acusados de maltrato animal. Si el perro ha muerto, los últimos que lo habrían tenido serían ellos. Las defensas de los tres investigados han plantado cara y han presentado recursos a cada resolución. De momento, han logrado la nulidad de los datos de tráfico y geolocalización de los teléfonos de los implicados al considerar que, en un delito leve como un hurto, no es legal ni proporcionado. Y basándose en ello, han pedido la nulidad de todas las pruebas practicadas. Pero la jueza se ha opuesto.

Lucky, en otra foto facilitada por la familia

Lucky, en otra foto facilitada por la familia

LV
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Los representantes del gruista y del policía local son abogados que han ejercido como agentes durante muchos años, tanto en los Mossos como en jefaturas de policías locales en municipios como Roses, Banyoles o Salt. No quieren hacer declaraciones públicas, pero explican que nunca han visto un caso en el que se hayan volcado tantos recursos por un animal. También consideran que sus defendidos han sido víctimas de lo que llaman populismo punitivo. La asociación también está batallando porque la defensa ha pedido expulsarlos del proceso como acusación popular.

El daño causado a la familia de Lucky es un pozo de penurias a nivel emocional y económico. Se ha elaborado un informe pericial para determinar su valor. Un informe firmado por un veterinario establece que el valor del perro es de entre 600 y 1.200 euros, pero el valor moral asciende a 10.000.

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