Andrés Santiago, veterinario: “Tratamos mascotas con patologías que podrían haberse prevenido con una simple vacuna. Son el escudo protector frente a un montón de virus que se encuentran en la calle”

Prevención 

La prevención es esencial, pero también lo es entender qué necesita cada animal según su edad, su entorno y su estilo de vida

El veterinario

El veterinario Andrés Santiago, veterinario, perito y director del Observatorio Español de Pericia y Seguridad Veterinaria (OEPSEVE).

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Cuidar la salud de nuestras mascotas es mucho más que cumplir con un calendario de vacunas o pasar por la clínica una vez al año. A menudo, entre recordatorios de desparasitación, nuevas vacunas y revisiones preventivas, los tutores se enfrentan a una duda recurrente: ¿qué es realmente necesario y qué forma parte de una buena rutina? La prevención es esencial, pero también lo es entender qué necesita cada animal según su edad, su entorno y su estilo de vida. Y aquí aparece el primer error común: dar por hecho que todos los perros tienen las mismas necesidades.

¿Son imprescindibles todas las vacunas? ¿Con qué frecuencia hay que desparasitar? ¿Y cómo podemos mantener a nuestros perros sanos sin que el gasto se dispare? Son preguntas que muchos se hacen, y que reflejan la preocupación creciente por ofrecer a los animales una atención responsable, pero también sensata. Para despejar estas dudas, hablamos con Andrés Santiago, veterinario, perito y director del Observatorio Español de Pericia y Seguridad Veterinaria (OEPSEVE).

“La única vacuna obligatoria en casi todas las comunidades autónomas es la de la rabia”, aclara. “En algunas regiones se exige cada año y en otras cada dos. A nivel médico, la protección que ofrece podría durar hasta tres años, pero debemos ajustarnos a lo que marca la legislación”. Además de la antirrábica, existen otras vacunas recomendadas que no son obligatorias pero sí altamente aconsejables. Es el caso de la vacuna polivalente, que puede proteger frente a tres, cuatro, cinco o incluso siete virus y bacterias distintos.

Si en algún momento desarrolla una infección de útero, que es una patología tristemente habitual, el coste del tratamiento puede duplicar o triplicar el precio de la castración 

Andrés SantiagoVeterinario
Gato veterinario

La desparasitación es otro de los pilares de la medicina preventiva. 

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“Estas vacunas son opcionales, pero muy recomendables”, insiste el experto. “Son el escudo protector frente a un montón de virus que nuestros pequeños pueden encontrar en la calle, y cuyo contagio no es tan difícil”. Aun así, Santiago lamenta que todavía se ven enfermedades perfectamente evitables. “En ocasiones tratamos pacientes con patologías que podrían haberse prevenido con una simple vacuna, y algunos incluso llegan a fallecer. Uno de los ejemplos más duros es la leptospirosis, una enfermedad bacteriana que se previene con la versión más completa de la vacuna polivalente”.

Desparasitación: lo que casi nadie hace bien

La desparasitación es otro de los pilares de la medicina preventiva. Se distingue entre interna y externa. “Algunos productos protegen frente a unos pocos, y otros frente a muchos más”, explica. A nivel legal, basta con una desparasitación anual eficaz contra el Echinococcus, el parásito que causa la equinococosis, también en humanos. “Cumplir con la legislación es lo mínimo”, advierte el veterinario, “pero lo ideal sería desparasitar cada tres meses. Es aproximadamente el tiempo que tardan los huevos ingeridos en desarrollarse hasta la fase adulta, cuando ya pueden suponer un problema para el animal”.

Para quienes no puedan asumir ese gasto, ofrece una alternativa más económica: análisis periódicos de heces. “Así sabremos si el animal tiene o no parásitos y desparasitaremos solo cuando sea necesario. Es un sistema que en países nórdicos se aplica sistemáticamente, y los resultados son excelentes”.

Los perros pueden comerse un juguete, una piedra o un cuerpo extraño, y eso supone intervenciones quirúrgicas muy costosas

Andrés SantiagoVeterinario

Además, recuerda que una consulta con vacunación cuesta entre 20 y 50 euros, mientras que tratar una enfermedad puede multiplicar por diez esa cifra. “Soy partidario de reforzar el sistema inmunitario desde dentro”, señala. “Y eso empieza por algo tan sencillo como evitar frío, humedad y cambios bruscos de temperatura. Si un perro vuelve empapado de un paseo, hay que secarlo bien. Y sí: algunos necesitan abrigo”.

El experto también desmonta una idea muy extendida: la de que “todos los perros descienden del lobo”. “Un bichón maltés de tres kilos tiene poco que ver con un lobo de cincuenta”, bromea. “Un animal criado en un piso, con calefacción y poca exposición al exterior, no está preparado para soportar frío intenso. Mantenerlo húmedo o expuesto a bajas temperaturas puede provocar problemas inmunológicos o dermatológicos que luego son mucho más caros de tratar”.

Alimentación: calidad antes que cantidad

Otro pilar de la salud es la dieta. “Da igual si optamos por pienso seco, dieta natural o comida cocinada: lo importante es que en la lista de ingredientes figure una proteína de origen animal específica. Cuando un envase dice ‘proteínas animales y subproductos animales’, no está siendo claro sobre qué tipo de carne contiene, y eso no es buena señal”.

Respecto a los cereales, el veterinario señala que no son necesariamente malos, pero deben aparecer en cantidades moderadas y controladas. “Muchos fabricantes los incluyen en exceso para abaratar costes”, advierte. “El problema es que así nutrimos peor a nuestros pequeños, y se vuelven más susceptibles de sufrir patologías que acabarán requiriendo atención veterinaria”.

Sobre la castración, el experto recuerda que evitar la intervención por dinero puede ser un error caro. “Si en algún momento desarrolla una infección de útero, que es una patología tristemente habitual, el coste del tratamiento puede duplicar o triplicar esa cantidad. Y además, el riesgo para la vida de la perra es enorme”.

Conejo

Conejo

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De cualquier modo, insiste en que tener un animal de compañía implica siempre un gasto fijo en alimentación y medicina preventiva, y la posibilidad de gastos imprevistos. “Los perros pueden comerse un juguete, una piedra o un cuerpo extraño, y eso supone intervenciones quirúrgicas muy costosas”, advierte. “Recomiendo tener una pequeña hucha específica para gastos veterinarios, igual que tenemos un fondo de emergencia para nosotros mismos”.

Finalmente, el veterinario recuerda que muchos de nuestros pequeños no necesitan juguetes caros ni accesorios modernos. “Lo que más disfrutan es que salgamos a pasear con ellos”, señala. “Y digo con ellos, no llevarlos atados mientras miramos el móvil sin hacerles caso”. Recomienda al menos dos paseos de calidad al día, en los que el perro pueda oler, explorar y relacionarse con otros animales. “Cuando compartimos el paseo de verdad, sin pantallas, el vínculo se fortalece y el bienestar del perro mejora”, concluye Andrés Santiago. “Y eso, a la larga, también es una forma de prevención”.

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