El túnel de la discordia que está provocando un pulso entre el nieto del fundador de Porsche y sus vecinos
Polémica en Salzburgo
Wolfgang Porsche enfrenta a activistas, políticos y residentes en un debate sobre la protección del patrimonio y el impacto ambiental
El extraño Porsche del que solo existen cinco unidades en el mundo

Wolfgang Porsche planea excavar un túnel privado para llegar a su finca de Salzburgo en una operación que ha levantado polémica
Nunca llueve a gusto de todos. Los proyectos privados que afectan a intereses comunes casi siempre dividen. Y si, además, hay recursos públicos o terrenos compartidos de por medio, el debate está servido. Si a este cóctel se le suma un personaje famoso y con dinero, la mezcla se complica. Eso es lo que ocurrió con Wolfgang Porsche, presidente de Porsche AG, que ha encendió las alarmas en Salzburgo con su idea de abrir un túnel que conecte directamente con su villa.
Nieto de Ferdinand Porsche, fundador de la marca, Wolfgang Porsche, a sus 81 años, no quiere resignarse a los límites de una colina ni a las curvas cerradas de una carrera empinada. Prefiere la comodidad que le proporcionaría un túnel excavado bajo la montaña que le evitaría rodeos y le permitiría llegar a casa sin complicaciones.

Pero la idea de perforar medio kilómetro de montaña para conectar su villa con un garaje ya existente ha sacado de quicio a buena parte de los vecinos, que no entienden cómo un proyecto tan sensible ha podido avanzar casi en silencio.
El túnel, de 500 metros de largo, arrancaría en el aparcamiento del monasterio de los capuchinos, que es de titularidad municipal, y terminaría hasta la finca conocida como Paschinger Schlössl. Pero no se trata de una casa cualquiera, ya que allí vivió el escritor Stefan Zweig, que la convirtió en refugio literario antes de que el régimen nazi le obligara a exiliarse.
El contrato de 40.000 euros por el derecho de paso bajo la colina genera controversia entre los vecinos
Porsche compró la casa hace cinco años por 10 millones de euros y desde entonces ha iniciado una reforma integral, con la salvedad del acceso que ahora pretende modificar, ya que considera que el camino es estrecho e incómodo y necesita una alternativa más práctica.

Cuando el diario Salzburger Nachrichten destapó el proyecto, muchos se sorprendieron de que un acuerdo de este calibre hubiera salido adelante con tan poca transparencia. El contrato se firmó en abril de 2024 con el entonces alcalde Harald Preuner, del partido conservador, y fijaba un precio único de 40.000 euros por el derecho de paso bajo la colina.
Porsche propone compartir el túnel con los vecinos y abrir su villa al público para suavizar tensiones
La reacción no tardó en llegar. Activistas, vecinos y partidos de izquierdas pusieron el grito en el cielo. Los Verdes, con Ingeborg Haller al frente, denunciaron que no se puede perforar una zona protegida como si fuera un jardín privado. Y el contexto político dio alas a la protesta. En las últimas elecciones municipales, la ciudad viró a la izquierda, con un fuerte ascenso del Partido Comunista y un nuevo alcalde socialdemócrata, Bernhard Auinger.

Para intentar calmar los ánimos, Porsche hizo algunos gestos. Renunció al ascensor que inicialmente quería incluir y sugirió que el túnel pueda ser utilizado por otros residentes del barrio. Incluso dejó la puerta abierta a organizar visitas públicas a su villa, quizá en un intento por equilibrar el uso privado con cierta responsabilidad patrimonial.
El caso aún no se ha resuelto. Según publicó el medio OÖNachrichten el pasado mes de julio, la decisión sobre la concesión del permiso para la construcción del túnel se ha retrasado nuevamente. “Miembros de la comisión de planificación del ayuntamiento reconsideraron recientemente el proyecto y se decidió devolver el informe a la oficina para realizar una nueva evaluación”.
Mientras tanto, el debate sigue abierto entre quienes consideran que el poder económico debe tener límites en cuanto a la modificación del entorno y quienes defienden que un proyecto privado tiene derecho a desarrollarse sin tantas restricciones.