Oliver Blume, CEO de Porsche: “La electromovilidad se está desarrollando mucho más lentamente de lo que muchos expertos esperábamos hace años y nos está afectando duramente”
¿Crisis en el superlujo?
Los buenos resultados de Porsche en 2024 no acaban de cuadrar las cuentas de cara al futuro y se esperan nuevos recortes
Otra marca de lujo pospone su plan de vender solo coches eléctricos

Oliver Blume, CEO de Porsche.
En 2024, Porsche ganó 5.600 millones de euros. En 2023, 5.157 millones. Pues bien, nada de eso parece suficiente para ‘salvar’ la empresa, a tenor de las últimas palabras de Oliver Blume, CEO de la firma y también de su matriz, el Grupo Volkswagen AG (VAG). En una carta dirigida a los empleados de Porsche, Blume admitió que, ante las crecientes dificultades del mercado mundial, no queda otra que afrontar una nueva oleada de marchas de la empresa: “En el segundo semestre de 2025, los representantes de la empresa y de los trabajadores negociarán un segundo paquete estructural para asegurar el rendimiento a largo plazo de la empresa”, reza uno de los párrafos de la carta, filtrada por el medio alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Oliver Blume no se anduvo por las ramas en su misiva: “La situación sigue siendo grave. Nuestra empresa se enfrenta actualmente a enormes desafíos a nivel mundial”, advertía el directivo. “Esto está afectando las ventas y los resultados financieros. Nuestro modelo de negocio, que nos ha sustentado durante décadas, ya no funciona de esta forma. Las condiciones marco se han deteriorado drásticamente en poco tiempo”, admitía el CEO de Porsche.

No es ningún secreto que los compradores no acaban de ‘fiarse’ de los eléctricos. Algo que además tiene un mayor impacto en las marcas más deportivas. ‘¿Un Porsche que no ruge? No, gracias’ parece decir el comprador: “La electromovilidad se está desarrollando mucho más lentamente de lo que nosotros y muchos expertos esperábamos hace años. Todo esto nos está afectando duramente. Más que a muchos otros fabricantes de automóviles”, sentenciaba Blume.
Pero hay otros factores que explican la gravedad de la situación en Porsche. Para empezar, la inesperada caída de ventas en China: “El mercado de productos de lujo se ha desplomado literalmente en muy poco tiempo”, admitía Blume. Después está el comportamiento en el mercado estadounidense, donde “el aumento masivo de los aranceles y, a largo plazo, la evolución del tipo de cambio del dólar [frente al euro] ha cambiado dramáticamente [la situación]”, desvelaba el directivo.
Por último está el temor a fiar el futuro de Porsche en la venta exclusiva de coches eléctricos. Los 100% eléctricos dejan un menor beneficio operativo que los de combustión y eso está lastrando las cuentas de la marca, que se resiste a abandonar el motor de combustión.
Solo hace unos meses, Oliver Blume aseguraba en la presentación de los resultados de Porsche en 2024, que “el año 2025 también será desafiante. El panorama macroeconómico sigue siendo tenso, al igual que la situación geopolítica. El desarrollo de los mercados estadounidense y chino sigue plagado de incertidumbre”. Cuanta razón tenía.