Un extraordinario yate híbrido que quiere conquistar los confines del planeta: autonomía transoceánica con el confort de una vivienda de lujo flotante
Hasta el infinito y más allá
Ideal para exploraciones polares, el GX38 Voyager combina propulsión sostenible, diseño reforzado y autonomía transoceánica con el confort de una vivienda de lujo flotante

El GX38 Voyager dispone de una propulsión pensada para llegar más lejos y contaminar menos y un casco de aluminio capaz de navegar entre el hielo.
El sector náutico también vive su particular transición energética. Y lo hace con propuestas que combinan innovación tecnológica, sostenibilidad y, en ocasiones, un marcado espíritu de aventura. Es el caso del nuevo GX38 Voyager, un yate de exploración de propulsión híbrida presentado recientemente en el Monaco Yacht Show, que busca abrir una nueva vía en la navegación de largo alcance, reduciendo la huella ambiental sin renunciar a las prestaciones.
El GX38 es obra de GX Superyachts, marca premium del astillero esloveno Greenline Yachts, pionero en la aplicación de la propulsión híbrida en la navegación recreativa. Este nuevo modelo supone su primera incursión en el segmento de los llamados “explorer yachts”, embarcaciones diseñadas para operar en zonas remotas y condiciones muy exigentes.

Lo más relevante del GX38 Voyager no está a simple vista, sino bajo cubierta. Su sistema de propulsión híbrida combina motores eléctricos, generadores diésel y paneles solares, lo que permite reducir hasta en un 30% las emisiones respecto a los sistemas convencionales. En modo híbrido, puede alcanzar una autonomía de hasta 10.000 millas náuticas a una velocidad de crucero de 6 nudos, lo que equivale a cruzar el Atlántico sin necesidad de repostar.
Culto al bienestar
Incluye espacios exteriores con chimenea, jacuzzi y mirador, pensados para largas estancias a bordo
Los paneles solares a bordo también ayudan a alimentar sistemas auxiliares como el aire acondicionado, lo que puede suponer un ahorro significativo en el consumo eléctrico diario. A máxima potencia, el GX38 alcanza 16 nudos, una cifra notable para un barco de estas características.
A diferencia de otros yates de este tipo, el GX38 no está fabricado de acero, sino de aluminio reforzado con certificación para navegación en hielo, lo que le permite mantener un menor peso sin perder resistencia estructural. Esto, sumado a la opción de incorporar propulsores azimutales, le confiere una maniobrabilidad y capacidad de acceso a regiones polares que amplía su radio de acción.

Detrás del diseño está el italiano Marco Casali, que ha querido combinar resistencia, eficiencia y habitabilidad. Además, el barco ha sido concebido para vivir a bordo durante largas travesías, y eso se nota en los amplios espacios, la capacidad de almacenamiento para víveres, combustible o incluso vehículos personales.
Enorme autonomía
El GX38 puede navegar hasta 10.000 millas náuticas sin repostar
El interior puede configurarse con hasta seis camarotes con baño, incluyendo una espectacular suite en la cubierta superior con terraza privada. En el exterior, zonas como el jacuzzi en la popa, el salón con chimenea en proa o el mirador bajo el mástil invitan tanto al descanso como a la contemplación.
El GX38 Voyager es un ejemplo de cómo la tecnología puede ayudar a transformar la movilidad marítima hacia modelos más sostenibles sin renunciar a la exploración ni al confort. Aunque aún no hay imágenes en movimiento disponibles, puedes imaginar lo que ofrece viendo la versión de su hermano pequeño en el vídeo adjunto.

