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Adrian Newey o cómo convertirse en el ingeniero de F1 mejor pagado del mundo, dibujando a lápiz, sin ordenador: “Nunca me gustó mucho la escuela, pero supe lo que quería ser a los 10 años”

Perfil

A los seis años aún no sabía escribir, pero a los 65 es el aerodinamista de Fórmula 1 más prestigioso de la historia y ha contribuido a ganar 25 mundiales

Adrian Newey, en una foto tomada el 4 de mayo de 2024 en el Gran Premio de F1 de Miami 

Adrian Newey, en una foto tomada el 4 de mayo de 2024 en el Gran Premio de F1 de Miami 

CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH / EFE

De pequeño no le gustaba ir al colegio. A los 6 años aún no sabía escribir a mano porque era zurdo y para “corregirlo” las monjas de la escuela-convento a la que acudía le obligaban a usar la derecha mientras se sentaba sobre la izquierda. Era un niño tímido y retraído, sin una especial capacidad para hacer amigos y relacionarse; además, sus compañeros no eran de la zona, pues cada día cogía el autobús y se desplazaba 15 kilómetros para acudir al centro escolar.

En su libro de memorias autobiográfico, Cómo hacer un coche, Adrian Martin Newey (Stratford-upon-Avon, Reino Unido; 26 de diciembre de 1958) habla de su dislexia y de las dificultades académicas durante su niñez: “Nunca me gustó mucho la escuela y en las vacaciones pasaba gran parte del tiempo solo y haciendo maquetas de Tamiya, hasta que me aburrí de hacer los diseños de los demás y empecé a hacer los míos propios, con trozos de aluminio y fibra de vidrio. Mi padre era un gran aficionado a los coches y teníamos un torno y maquinaria básica para trabajar el metal en el garaje, así que imaginaba algo en mi mente, lo esbozaba en un papel y lo convertía en un objeto. Supe lo que quería ser desde los 10 años y orienté mi educación en torno a eso”.

La actual pareja de Adrian Newey es Amanda “Mandy” Smerczak, con quien se casó en agosto de 2017. Se conocieron a finales de 2011 cuando ella le pidió una copa de champán creyendo que era un camarero
La actual pareja de Adrian Newey es Amanda “Mandy” Smerczak, con quien se casó en agosto de 2017. Se conocieron a finales de 2011 cuando ella le pidió una copa de champán creyendo que era un camarero

A los 16 años, Newey –que en su etapa de estudiante coincidió con otra figura relevante del motor, el famoso presentador de Top Gear, Jeremy Clarkson–, incluso fue expulsado de la escuela por actos vandálicos. Durante un concierto de música de fin de curso elevó tanto el equipo de sonido que rompió unas cristaleras del siglo XI del edificio.

Posteriormente, ingresó en la Universidad de Southampton para cursar estudios de aeronáutica y astronáutica, dos ramas de la ingeniería por las que dijo no tener ninguna especial pasión, aunque logró resultados académicos brillantes: se graduó con honores.

Se graduó con honores en aeronáutica y astronáutica, dos ramas de la ingeniería por las que dijo no tener ninguna pasión

“No me interesaba mucho ni lo primero ni lo segundo. Mi gran deseo era entrar en el mundo del motor como ingeniero de diseño y pensé que los aviones estaban más cerca de la tecnología de los coches de carreras que cualquier otra disciplina de ingeniería. Así que la aeronáutica era la opción lógica y Southampton parecía tener los vínculos más estrechos con el automovilismo. Tuve la suerte de que, cuando me licencié, entré directamente a trabajar en el modesto equipo de F1 Fittipaldi Automotive como aerodinamista, junior y senior, porque en realidad yo era el único”, afirmaba Newey.

Adrian Newey juneto al piloto Mika Hakkinen
Adrian Newey juneto al piloto Mika HakkinenMcLaren

Eran los primeros años de la década de 1980. Luego continuó su carrera en March, primero en Estados Unidos y después en Europa. Pero fue en Williams-Renault donde se convirtió en uno de los ingenieros más respetados y solicitados del paddock: en esa etapa ganó nueve títulos mundiales (cuatro de pilotos y cinco de constructores) entre 1991 y 1997 y fue responsable de diseñar algunos de los monoplazas que acabaron por revolucionar profundamente esa disciplina.

También fue allí donde pasó el periodo más oscuro de su carrera, ya que fue acusado de homicidio involuntario por la justicia italiana como sospechoso de ser responsable del accidente que le costó la vida a Ayrton Senna el 1 de mayo de 1994. Absuelto en diciembre de 1997, tras diez meses de juicio, Newey se replanteó su continuidad en la competición: “Me preguntaba si quería seguir involucrado en un deporte en el que un piloto podía morir en una máquina que yo había diseñado. Físicamente, perdí el poco pelo que me quedaba”, recuerda Adrian.

Adrian Newey trabajando sobre una pizarra en la fábrica de Red Bull Racing Factory en Milton Keynes, Reino Unido
Adrian Newey trabajando sobre una pizarra en la fábrica de Red Bull Racing Factory en Milton Keynes, Reino UnidoRed Bull

Pero siguió adelante y asumió nuevos retos. Contratado como director técnico por McLaren en 1998, fue uno de los grandes artífices del reinado de Mika Häkkinen. Y en 2006 “saltó al vacío” cuando se unió a un joven y prometedor equipo, Red Bull Racing. Tras un periodo de adaptación, con victorias puntuales en algunos Grandes Premios, la escudería de la bebida energética dominó la F1 de 2010 a 2013 con Sebastian Vettel, gracias, en parte, al genio de su ingeniero estrella. Lo mismo ha sucedido en la última etapa de RB, en la era de Verstappen, que comenzó en 2021 y en la que el equipo logró 118 victorias, 101 poles, siete campeonatos de pilotos y seis de constructores con Newey como Jefe Oficial Técnico.

Una metodología excéntrica

Decía Christian Horner, exdirector deportivo de Red Bull Racing, que Newey era el único empleado del equipo que ni siquiera sabía encender un ordenador. En una especialidad altamente compleja en la que los datos, el cálculo computacional, los simuladores y la digitalización se han apoderado de las carreras, el ingeniero británico –que acude ya a pocos Grandes Premios, pero siempre armado con un cuaderno de notas con tapas rojas que nunca abandona–, estudia los monoplazas, observa cada detalle en busca de fallos y realiza bocetos y trazos de lápiz. Contextualiza esas complejas máquinas en papel, a mano alzada, como un artista del renacimiento, lo que le aporta aún un mayor misticismo a su trabajo, alimentando el mito de genio de la física y de “domador del viento”.

Adrian Newey en una conversación con el piloto Ayrton Senna
Adrian Newey en una conversación con el piloto Ayrton SennaWilliams

Mark Webber, compañero de Vettel en Red Bull, dijo de él que “actúa como un faro para sus equipos y es capaz de desarrollar coches ganadores dentro de un marco reglamentario muy estricto, diseccionando y ‘jugando’ con cualquier resquicio técnico o con los cambios de normativa para lograr siempre un coche más rápido que el de la competencia”. Ningún ingeniero de la historia reciente ha jugado con las reglas con tanto éxito como Newey.

Retirado oficialmente desde 2018 como director técnico, su salario en Red Bull se estimaba en unos 10 millones de euros por temporada, pero en 2024 recibió una oferta irrechazable. El multimillonario canadiense Lawrence Stroll, director del grupo Aston Martin Ltd. y padre del Lance, el compañero de Alonso, le ofreció 100 millones de dólares por cuatro temporadas (2025-2028); es decir, 25 millones al año, una cifra que supera lo que cobran la mayoría de pilotos de F-1.

Adrian Newey posa junto a Lawrence Stroll, director del grupo Aston Martin Ltd
Adrian Newey posa junto a Lawrence Stroll, director del grupo Aston Martin LtdAston Martin

El objetivo era lograr retener a Fernando Alonso en la escudería Aston Martin F1 Team unos años más para poder ganar (por fin) el anhelado campeonato del Mundo de Fórmula 1, de equipos y de pilotos. ¿Será capaz la magia de Adrian Newey junto con el talento de Fernando Alonso de conseguir este hito? Lo sabremos en 2026.