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Pedro Madera, escritor especializado en viajes de caravaning: “Mi debut en autocaravana fue tan desastre que estuve un año y medio o dos sin subirme a otra”

Entrevista

El autor de varias guías de viaje en autocaravana explica sus experiencias a lo largo de más de 45 años recorriendo España y Europa sobre ruedas

Jose y Patri, expertos viajeros en caravaning: “Sufrimos un 'burnout' laboral y empezamos a hacer escapadas con una furgoneta; nos gustó tanto que compramos una autocaravana para vivir a temporadas”

Pedro Madera explica sus experiencias a lo largo de 45 años viajando por todo el mundo 

Pedro Madera explica sus experiencias a lo largo de 45 años viajando por todo el mundo 

Cedida

Pedro Madera, historiador y escritor especializado en viajes desde hace más de 45 años, combina su amor por la carretera con la vida en el campo y el cuidado del ganado. Desde su casa en Villacastín (Segovia) atiende la llamada de Moveo para compartir con los lectores sus experiencias y consejos para viajar en autocaravana, una pasión que le ha acompañado durante toda su trayectoria y que le ha permitido descubrir los destinos de una manera profundamente personal.

Acaba de publicar en Lonely Planet una guía sobre los mejores campings de España, un trabajo que recoge su vasta experiencia sobre el terreno. Pero antes ya  había firmado otras interesantes guías para viajar en autocaravana tanto por España como por el resto de Europa, donde combina recomendaciones prácticas con su particular mirada de viajero veterano.

Gracias a su profesión, Pedro Madera ha explorado numerosos rincones de Europa en autocaravana 
Gracias a su profesión, Pedro Madera ha explorado numerosos rincones de Europa en autocaravana Cedida

Es raro, pero le pillo en casa, ¿verdad?

Sí, estoy en la granja. Ahí, en Villacastín. Aquí es donde hago de agricultor y ganadero a tiempo parcial, como yo digo, cuando no estoy de viaje. Ahora me tengo que cuidar y ya no hago esos viajes de 40 días por Australia o dos o tres meses en Nueva Zelanda o por el Pacífico. Ahora voy más por España, Portugal, Francia… Sitios más cercanos. Ya no me apetece tanto viajar, se ha vulgarizado y ya no me excita.

Dice que el viajar se ha vulgarizado…

Sí, el viajar se ha vulgarizado en todo. En el maltrato que me dan en un control de pasajeros, en las limitaciones de equipaje… Mire, yo siempre viajo con muy poco equipaje, pero que me tenga que llevar dos calzoncillos y cuatro pares de calcetines para una semana me parece una pérdida de calidad como muchas otras cosas.

Por eso, siempre viaja en coche.

Aparte de que me gusta, me da una sensación de libertad que estoy perdiendo con las líneas aéreas, así de claro. ¿Qué sentido tiene ir un fin de semana a Varsovia y no conocer, por ejemplo, el Valle del Boí en Catalunya? Pues eso es así porque lo que busca la gente es acumular destinos. Se acumulan destinos para poner como etiquetitas y para instagramearse. ¡Ay, qué bien, he tenido un fin de semana en Milán! ¿Y qué saben de Milán? Pues que tiene dos equipos de fútbol en primera división. Dicho así suena fatal, pero el viajar se ha vulgarizado.

Viajar se ha vulgarizado y ya no me excita; que me tenga que llevar dos calzoncillos y cuatro pares de calcetines para una semana me parece una pérdida de calidad”

Pedro Madera

Historiador y autor de guías de viaje

Usted disfruta mucho con el coche y con la autocaravana…

Yo creo que para moverte en un radio de hasta 1.000 kilómetros es el modo perfecto de viajar, porque te da una sensación de libertad y de hacer lo que te dé la gana ilimitada. O sea, te permite una cosa básica, parar donde quieres, crear tu propia ruta y con la autocaravana, parar y dormir donde te dé la gana con sentido común.

Tengo entendido que le gusta viajar de forma relajada, vamos, que el tiempo no es una prioridad.

Si yo puedo ir de Madrid en Barcelona en un día, mejor que hacerlo en seis horas o en tres con el tren. Porque puedo descubrir sitios estupendos que no conozco desviándome 20 o 30 kilómetros. Todo este concepto de slow travel, slow trip y tal, en el fondo es lo que se ha hecho toda la vida: tú vas viajando, vas viendo cosas y te vas creando tus propias rutas.

¿Y la afición por las autocaravanas de dónde le viene?

Esto empezó hace como 20-25 años por mi vínculo con un importador de Vic y con la gente de vehículos industriales de Mercedes-Benz porque ya tenían lo que es ahora la Marco Polo. Ellos empezaban a importar vehículos industriales carrozados ya transformados en camper. Y a mí eso me parecía genial, es lo que había visto en Alemania, en Suiza, en Holanda… Gente que las utilizaba para trabajar, algún fotógrafo que acampaba a esperar que amaneciera para tener la mejor luz de la mañana… No tenías que desplazarte 10-15 kilómetros para encontrar un hotel y, aunque tampoco tenías la comodidad de una cama, tenías un sitio donde dormir.

Madera relata sus vivencias sin perder su proverbial sentido del humor 
Madera relata sus vivencias sin perder su proverbial sentido del humor Cedida

¿Por dónde se ha movido en autocaravana?

Con una camper me he movido muchísimo por toda Europa y he publicado un libro (Las mejores rutas de Europa en camper). Y luego, gracias a mi trabajo, he podido disfrutar de una camper en Oslo para descubrir toda la costa de Noruega hasta el Cabo Norte. Esto te ahorra mucho, porque hacer Madrid-Oslo en coche se puede hacer muy pesado si no tienes tiempo. Pero si tienes un amigo que te deja una autocaravana es mucho mejor.

¿Es más partidario de alquilar una autocaravana o de comprarla?

Depende del tiempo libre que se tenga y también de la experiencia. Me explico. Hoy en día, en especial en redes sociales, se tiende a idealizar este tipo de viajes. Pero tienes que estar muy preparado para viajar en autocaravana. Un ejemplo: un perro mojado dentro de una autocaravana es un peligro público, es casi motivo de separación y crisis de pareja. Un perro mojado huele a perro mojado. Eso es lo primero. Y luego, no te gastes 30.000, 40.000, 50.000, 60.000 euros en eso antes de comprobar si te va ese estilo de vida, si te das cuenta de que en una autocaravana no vas a poder tener tus 32 pares de pantalones ni tus camisas de Armani o que hace una noche fría y se estropea la calefacción.

Vaya, no desanime al personal…

Bueno, también es cuestión de hacer números. Si no vas a disfrutar de la autocaravana al menos 100, 120 días al año, pues mejor que no te la compres. Ahora, por suerte, hay muchos vehículos que son polivalentes y los puedes utilizar tanto como camper como furgoneta, y si te sirve para trabajar y te hace ilusión tener una autocaravana, pues la compras, la aparcas en tu casa y ya está. Ahí la tienes y la usas 20 días, 10 días o nunca al año. Tú mismo. Pero, por suerte, siempre hay la opción de alquilar. Y en este caso, mejor evitar julio y agosto, que son de largo los meses más caros.

La gente busca coleccionar destinos para colgarlos en Instagram, pero van a Milan y solo se quedan con que tiene dos equipos en primera división”

Pedro Madera

Historiador y autor de guías de viaje

¿Recuerda su debut con una autocaravana?

Fue un desastre porque me dieron un vehículo que no era el que yo necesitaba. Era en 1995 y me dieron una de esas antiguas capuchinas, que eran grandísimas y con una cama encima de la cabina. Una chepa encima que era una cosa incomodísima. Y tampoco se me olvidará que el inodoro no funcionaba o yo no sabía cómo funcionaba. Además, en un momento de tensión, me di contra una pérgola de un parking. Así que, imagínate que te dejan una autocaravana de esas nuevas de hace 30 años que solo tenía 65 CV y la devuelves así. La cara de póker que puso el que me la dejó no se me olvidará en la vida.

A partir de ahí, la cosa cambió, porque ya me ha dicho que ha viajado por toda Europa en autocaravana.

Pero estuve un año y medio o dos que no me volví a subir a una autocaravana. Luego sí, ya volví a subirme a una y a moverme por toda España y Europa.

¿Ha cambiado mucho el mundo del caravaning desde entonces?

De aquella época recuerdo las diferencias que había entre España y otros países europeos. Francia nos llevaba mucha ventaja. Aquí, en España, viví situaciones surrealistas. Acampabas en un parking y te venía un municipal a multarte porque estabas durmiendo en la autocaravana y a lo mejor a 20 metros había alguien durmiendo en un Peugeot 406. ‘Es que él está durmiendo en un coche’, te decían. Había mucha ignorancia y también a veces algo de mala fe, creían que eso era cosa de perroflautas y resulta que esa caravana Hymer valía 120.000 euros, más que un piso en aquella época. Pero la ignorancia es muy atrevida.

Portada del libro 'Viajar por libre' de Pedro Madera 
Portada del libro 'Viajar por libre' de Pedro Madera Terceros

Menudas situaciones…

Sí, me he encontrado que en una playa de Asturias, en el mes de marzo, me querían multar. Cosas así. Pero influía mucho la mano izquierda. Hablabas con el policía municipal que, en el fondo, solo quería cotillear, entrar dentro y echar un vistazo. Esto aún sigue pasando a veces con los modelos nuevos de Mercedes-Benz, por ejemplo las Marco Polo. Te para incluso la Guardia Civil. Entonces les digo ¿quieren verla por dentro? Lo que quieren ver es el cuadro de mando y ver cómo se acciona el techo. En el fondo, es lo mismo como cuando vas en un Porsche o un Lamborghini que llama la atención. Te paran y ya de paso le echan un ojo.

¿Estamos viviendo un boom con las autocaravanas?

Sí, se ha popularizado mucho, y es que hoy existen soluciones muy buenas. Existen modelos kit que se adaptan muy fácil y de un modo muy rápido. Luego también el kit de quita y pon que puedes montar dentro de la Citroën Berlingo o de la Dacia Logan que heredas de tu padre fontanero por 1.000 o 1.500 euros. O te puedes comprar una Concorde que vale 500.000 o 600.000 euros. El mercado ofrece opciones para todos los gustos.

¿Y al caravanista también se le ve de otra manera?

Por supuesto. Te ven llegar a un pueblo con un vehículo y no te ven que seas un tipo breaking bad, no eres un narcotraficante que viene huyendo. También ha cambiado mucho la percepción de la gente. Saben que llegas a un pueblo, que vas a ir a comprar al supermercado, a lo mejor vas a ir a cenar fuera… Todo eso también es un negocio para ellos. Hay un sitio que me encanta en Arbeca, es una bodega que se llama Vinya els Villars, que también producen aceite. Pues bien, este seño tiene una zona habilitada para las campers y te lo deja gratis porque los clientes en general le compran vino y les deja más beneficio que si les cobrara un pequeño alquiler para pasar la noche.

Si puedo ir de Madrid a Barcelona en un día, mejor que hacerlo en tres horas, solo así puedes descubrir sitios maravillosos desviándote unos kilómetros”

Pedro Madera

Historiador y autor de guías de viaje

¿Cuál es el viaje en autocaravana que más le ha marcado?

Por deformación profesional, diría que los viajes largos. Recuerdo el que hice por la autopista del Ártica, que está en Noruega, desde Mo i Rana, por donde pasa el círculo polar ártico, hasta el Cabo Norte en otoño. Otro, por ejemplo, hacer el círculo alrededor de Islandia, lo que se conoce como la Ring Road. Pero por España también hay rutas que me han marcado.

¿Por ejemplo?

El Eje Pirenaico, que va desde el Atlántico, en Hondarribia, hasta Girona, en el Mediterráneo. Me parece un viaje super interesante, una mezcla de arte, cultura, espacios naturales… Brutal. Y otro muy poco conocido, que me parece que tiene un potencial tremendo, es lo que andando se llama CR14. Es una ruta de 900 kilómetros que va desde el nacimiento del Duero, cerca de Vinuesa, en la tierra de Pinares de Soria, hasta Oporto. En coche pasas por por sitios como Vinuesa, Soria, Aranda de Duero, Zamora, Toro…, seis denominaciones de origen de vino, los mejores lechazos, quesos excelentes, rutas en bicicleta, espacios naturales, arquitectura… Este me parece un viaje brutal si tienes tres semanas y no sabes qué hacer.

Madera propone una ruta por el Eje Pirenaico, con salida en Hondarribia y llegada al Mediterráneo
Madera propone una ruta por el Eje Pirenaico, con salida en Hondarribia y llegada al MediterráneoTerceros

¿Tiene alguna asignatura pendiente, aquella ruta que nunca ha conseguido hacer?

No. Si algo me apetece, me busco excusas, me auto miento, me auto justifico y digo 'ay, qué curioso, tengo que hacer esto'. Ahora, por ejemplo, me gusta mucho hacer rutas gastronómicas. Pues me busco una excusa y me voy a hacer una ruta de la sidra por las sidrerías de Guipúzcoa y una noche, no sé por qué, aparezco durmiendo en Astigarraga, que está cerca de Hernani y debe tener como diez o doce sidrerías.

¿Alguna vez ha acampado en algún sitio y al día siguiente, al despertarse, se ha preguntado qué hacía allí?

Sí, esto me pasó en Navia de Suarna, en Lugo. Iba con una California de esas antiguas y paré en un sitio muy discreto, así que no subí al techo sino que dormí en los asientos de atrás. Me eché el saco de dormir por encima. Me acuerdo que dormí con un chándal. Y al día siguiente, cuando me desperté, había un señor con dos perros mirando la furgoneta. Fue a él a quien le pregunté dónde estaba y me dijo que estaba en Navia de Suarna. Un nombre que, por cierto, me parece fonéticamente tan sonoro que sería un bonito sitio para ambientar una novela.

¿No tiene miedo durmiendo en sitios que ni conoce?

No, la verdad es que no. Viajo muchas veces con un palo, una cachaba, por si alguna vez alguien te molesta. Pero a mí nunca me ha pasado nada malo. Somos muy afortunados de vivir donde vivimos. Es algo que no se valora hasta que lo pierdes. La sensación de seguridad al dormir aquí en España no la tienes en otros países. En algún falso paraíso, como Jamaica, es un sitio estupendo para estar encerrado en un resort y no salir a la calle a las siete de la tarde. Ciudades como Nairobi son muy delicadas. Pero, en general, en Europa no he tenido problemas. A veces la policía, la antigua policía yugoslava, era un poquito más mafiosa…

¿Qué experiencia tuvo con esos agentes?

La doble moral de la época, llamémosle la moral de la mordidita. Pero el paquete de jamón ha ayudado muchísimo como salvoconducto. Llevabas unos sobres de jamón y todo solucionado. Además, tampoco te tenías que dejar mucho dinero porque el policía serbio no sabe si el jamón es ibérico o es del baratillo, jeje...

En redes sociales se tiende a idealizar viajar en autocaravana, pero se tiene que estar muy preparado para hacerlo”

Pedro Madera

Historiador y autor de guías de viaje

Un buen truco…

En serio, no puedo hablar de malas experiencias. Después de tantos años, solo me han atraco una vez. Fue en Dar El-Salam, en Egipto, donde me robaron una Nikon FM, tres carretes y un reloj que llevaba conmigo y al que le tenía mucho cariño. Todo fue culpa mía porque ponía en la guía de Lonely Planet que era peligroso andar por esa playa porque suele haber asaltos a blancos. Y eso me jorobó, no por el dinero, sino porque no había respetado lo que había leído en la guía.

Y ya para ir acabando, díganos qué cosa lleva siempre en la autocaravana, sí o sí.

Una neverita azul, como esas que se llevan a la playa, para no tenerme que comer solo una bolsa de gominolas en un pueblo de Lleida, como Arbeca, porque está todo cerrado. Hay gente que si no se sienta a comer dos platos y un postre esa noche puede ser motivo de crisis de pareja también, así que mejor tener siempre algo a mano.

¿Nada más?

Bueno, sí. También hay dos cosas fundamentales: el agua y el papel higiénico. Aunque en casi todos los lugares te vas a encontrar agua potable, imagínate que estás en un pueblo del sur de Albacete o de Almería y estás en el medio del campo bajo un sol de justicia. Pues eso. El agua siempre viene bien y si la tienes metida en esa neverita azul que te cuesta 10 euros, pues aún mejor. Y el papel higiénico es que vale para todo. Para secarse las manos, para limpiar los cubiertos de la comida… y claro está, por si te pilla un apretón y tienes que salir corriendo diez metros de la cuneta.

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